Pilar Posada, una pedagoga que incentiva a maestros y padres a jugar con la música

 

Texto: Juan Carlos Millán Guzmán – Corresponsal MaguaRED.
Fotos: Milton Ramírez – Ministerio de Cultura de Colombia.

 

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Pilar Posada es pedagoga musical con estudios en el Instituto Orff, dependencia del Mozarteum de Salzburgo (Austria). Allí, junto con la formación musical vocal e instrumental, se privilegiaba el trabajo con el movimiento del cuerpo y su lenguaje con énfasis en la improvisación y creación. Pilar es también una reconocida investigadora de la tradición oral y de la música para niños; labor que ha acompañado con una intensa actividad como docente.

“Me encanta trabajar con niños porque ellos tienen la belleza de los seres humanos en su estado más puro”, afirma la autora de Tocar, cantar y jugarAy mi amor: nanas y arrullos de Colombia y Corre que te pillo: juegos y juguetes.

“Uno no enseña lo que quiere sino lo que puede, así que un niño de la costa Atlántica lo primero que aprende es lo que allá se toca; sin embargo, lo ideal es que los maestros vayan más allá de la información que les proporciona su entorno inmediato y se interesen por otros ritmos y tipos de música”, destaca la maestra.

“Un gran error es el de sentar cátedra sobre lo que se debe o no hacer; es importante alentar a los padres para que compartan con sus niños su propio interés por la música”, explica Pilar, además de insistir en la importancia del juego.

“La infancia es en esencia juego: esa es la forma natural que tiene el niño para relacionarse con el mundo y descubrir su realidad; es su manera de interpretar y aprender a manejar su cuerpo y relacionarse con los demás, establecer reglas, aprender a ganar y a perder. Los niños que tengan más oportunidades de jugar, acceder a la cultura, la educación y los libros podrán defenderse mejor de los embates de la violencia”, precisa.

 

Cantar, actuar e interpretar

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El libro Cantar, tocar y jugar fue publicado en 2012 y está en las Bibliotecas Públicas del país como parte del Catálogo Leer es mi cuento.

 

¿Cómo inició su interés por la música?

Mis padres incentivaron mi gusto por la música desde niña, particularmente en el canto. Durante los primeros años no tuvimos ningún tipo de formación instrumental, pero después empecé a estudiar guitarra –tendría 11 años, o quizá un poco menos.

En el Colegio Colombo Británico recuerdo que también cantábamos mucho; la directora tocaba el piano y nos reuníamos alrededor para cantar. Eso a mí me encantaba y aunque debíamos permanecer de pie durante una hora yo no sentía cansancio.

 

¿Qué otros aspectos recuerda de esos primeros años de formación?

Mi hermano ahora es un compositor muy reconocido. Con él, mis demás hermanos y mi mamá, cantábamos canciones acompañados con guitarra en encuentros y fiestas familiares. La música siempre estaba presente y luego vino una etapa de formación más académica.

La guitarra era un instrumento que conocía porque mi mamá en esa época tomaba clases y como mis otros dos hermanos mayores también comenzaron a interesarse por ella, todos terminamos tomando cursos de guitarra.

 

¿Cómo surge su interés por la pedagogía musical para niños?

Eso está muy relacionado con mi experiencia en el colegio: creo que fue determinante la satisfacción tan grande que sentía al cantar, junto con una dimensión teatral –motivada también por el colegio– que me dio la posibilidad de relacionarme con lo escénico desde muy temprano.

Durante la época en que celebrábamos la navidad presentábamos un espectáculo con una canción muy bonita, We three kings. Era frecuente que mis hermanos y yo fuéramos seleccionados para interpretar a los tres reyes magos.

Como además crecí en un entorno en el que la presencia de los juegos tradicionales acompañados por cantos era muy común, eso terminó haciendo que me inclinara por la pedagogía musical, si bien también exploré en algún momento la posibilidad de formarme como cantante lírica o intérprete de guitarra.

 

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Ay, mi amor es un libro con CD que reúne 39 melodías infantiles colombianas: canciones para arrullar, nanas, coplas, versos indígenas y tonadas de la costa Pacífica. Este libro está en las Bibliotecas Públicas del país.

 

¿Qué recuerda de esos inicios?

Sabía tocar guitarra y había cantado durante toda la infancia, de hecho hice parte del Cuarteto Ellas, con otras chicas de Medellín y ganamos La orquídea de plata Phillips. A partir de esa experiencia comencé a trabajar con Martha Agudelo de Maya, una educadora musical infantil.

Por aquel entonces no existía todo esto que tenemos hoy en día y no se le prestaba tanta atención a la educación musical en edades tempranas. La estimulación musical a partir de los primeros años de vida era toda una novedad y Martha fue una de las pioneras en Medellín.

Al darme cuenta de que me relacionaba bien con los niños, que lo disfrutaba mucho y que podía poner mis habilidades y aprendizajes previos en función de este oficio, comencé a trabajar con ella. Siempre me ha gustado trabajar con niños, aunque ahora no lo hago con tanta frecuencia porque no tengo el mismo vigor que en mi juventud y es una labor extenuante.

 

Aparte de su formación musical usted tiene una Maestría en Ciencias Sociales y Cultura. ¿Qué papel tiene la música en la formación y el desarrollo de una sociedad como la nuestra?

Todas las personas somos seres de lenguaje y seres musicales. Si a un niño no le hablan, nunca va a aprender a hacerlo; si no le cantan, nunca va a cantar. La familia y el entorno social y cultural brindan al niño la posibilidad de ingresar al mundo del lenguaje; también les corresponde ofrecerle al niño la oportunidad de ingresar al lenguaje musical, de acercarse a la música a través de cantos y juegos tradicionales.

Un ser humano que logra desarrollar su musicalidad innata (canta, es rítmico, se expresa a través de ritmo y sonidos, toca un instrumento, disfruta la música que hacen otras personas), puede sacar mayor provecho de su entorno cultural.

 

¿Qué papel tiene el Estado en lograr este propósito?

Esa es una de las funciones que debe tener el Estado. Así como hay programas de promoción de lectura también debería haber –y de hecho las hay– iniciativas para promover este tipo de formación: Batuta es un buen ejemplo de ello.

Desafortunadamente muchas veces sucede que sólo los padres que cuentan con suficientes recursos económicos buscan la manera de dar formación musical a sus hijos. Acceder a la educación musical es un derecho de todo niño y por eso es el Estado quien debería garantizarlo.

 

 

El juego, la música y los niños

 

¿Cómo propiciar el interés de los niños por juegos y juguetes que han caído en desuso?

Si usted le regala a un niño una perinola pero no juega con ella, ni le enseña a usarla, no habrá manera de que el niño se interese en este tipo de juego y lo aprenda. Que los juegos y juguetes tradicionales hayan caído en desuso es debido a cambios profundos en la forma en que vivimos, cambios en la vida social y familiar, cambios en las ciudades, a la presencia imperiosa e imperante de los juegos digitales y otras formas de entretención muy adictivas. Los niños hoy en día juegan mucho menos con juguetes tradicionales y desconocen muchos de los juegos que sus padres jugaron en la infancia.

 

¿Cómo hacer para recuperar los juegos y juguetes tradicionales, algo que antes era tan común?

No lo sé. Yo, desde mi oficio como pedagoga musical e investigadora de estas tradiciones, pongo mi granito de arena. Se trata de una serie herramientas con las que he trabajado durante toda mi vida, las conozco y las amo, pero no puedo garantizar que con la escritura y publicación de un libro sobre juegos y juguetes tradicionales los niños de Colombia van a volver a jugar a las bolas o al trompo. Eso también hace parte de una serie de políticas culturales y de apoyo al derecho al juego del niño, que el Estado debería implementar.

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Corre que te pillo es el último libro de Pilar Posada acerca de juegos y juguetes tradicionales en Colombia. Cuenta con ilustraciones de Paula Ortiz.

 

¿Se puede hacer uso de las nuevas tecnologías para incentivar el interés por el juego y la música?

Sí se puede, y de hecho creo que ahora se están desarrollando una serie de plataformas muy interesantes: Maguaré es un buen ejemplo, y aunque prefiero seguir jugando con los niños y enseñarles a los maestros a través de talleres en los que puedan jugar, cantar y se diviertan para que puedan transmitir esa experiencia vital, no quiere decir que no reconozca la importancia de las nuevas estrategias digitales.

 

¿A qué tipo de público están dirigidos sus libros?

Cantar, tocar y jugar fue editado por la Universidad de Antioquia y está dirigido a un público adulto, particularmente docentes. Los otros dos –Ay mi amor: nanas y arrullos de Colombia y Corre que te pillo: juegos y juguetes– están en un formato dirigido a un público infantil. Sin embargo, la información es también muy útil para los adultos que estén relacionados con la infancia.

 

Muchos padres evitan cantar a sus hijos porque consideran que no tienen talento. ¿Cómo superar esa barrera?

“Yo no canto bien, entonces, ¿debo cantarle a mis hijos y alumnos?” Esta pregunta siempre aparece en mis talleres. Padres, profesores o personas que tienen relación con la infancia llegan con esa inquietud, porque consideran que no son muy afinados o que carecen de la formación suficiente para hacerlo. Mi respuesta es siempre la misma: “Resulta mucho mejor cantar que abstenerse de hacerlo. Canten siempre que quieran cantar”.

Es probable que si el niño no cante con buena afinación, pero al menos va a cantar y a disfrutar cantando. Considero que decirle a una persona “no puedes cantarle a tu hijo porque no tienes la habilidad ni la formación suficiente para hacerlo» es, francamente hablando, un atropello.

Igual sucede con una persona analfabeta. A nadie se le ocurriría decirle: “Como no sabes leer no puedes contarle historias a tus hijos”. ¿Por qué razón impedirlo? La música es lenguaje y no hay que pedir permiso para usar el lenguaje. Es de todos. Igual sucede con la música.

 

¿Cuál es la importancia de la música en el desarrollo integral de los niños?

La música tiene una relación muy estrecha con el lenguaje. En las canciones además de sonidos, ritmo y melodía, hay texto, palabras, sentido. Hay una dimensión fonética muy importante en la tradición oral. A través de ella el niño se familiariza con muchos elementos del lenguaje y de la literatura: rima, onomatopeyas, aliteraciones, juegos de palabras, etc.

La música, además, está emparentada desde su nacimiento con la danza y el desarrollo corporal. Por ejemplo, en los juegos musicales infantiles que integran el libro Cantar, tocar y jugar se canta mientras se realizan acciones con el cuerpo –que pueden llegar a ser muy complicadas: girar en ronda, palmotear, correr, saltar, hacer gestos. La conjunción de actividades: hablar, cantar y realizar coordinadamente acciones con el cuerpo presente en los juegos tradicionales musicales permite a los niños un desarrollo integral. Las potencialidades que ofrece la música son enormes y no solo se limitan a la esfera musical. Se extienden a las dimensiones sociales, emocionales, cognitivas, motrices, por citar tan solo cuatro aspectos. ¡La música es un tesoro para la educación!

 

¿Qué importancia tiene crear un vínculo entre la música y el niño durante el embarazo?

Este caso es posible si la mamá tiene un vínculo personal con la música o si comienza a buscarlo para entablar un diálogo con el bebé que está por nacer: si por ejemplo ella pone música y le gusta, pues ese gusto naturalmente se transmite al bebé; aunque eso no necesariamente termine expresándose a lo largo de la vida de esa persona del futuro adulto. Todo lo que una madre pueda sembrar en su hijo antes del parto es una semilla que puede echar raíces y crecer.

¿Qué hacer si ese vínculo que se ha creado en el vientre se pierde? Pues retomarlo, porque para poder relacionarse con la música necesariamente hay que escucharla, cantar, tocar un instrumento o asistir a conciertos, puesto que la música tiene esa cualidad maravillosa de hacer gozar tanto a quienes la hacen como al público que la disfruta.

 

¿Hay un tipo de música mejor que otro para incentivar este gusto en los niños?

Mientras más diversidad exista en los diferentes tipos de música que el niño y el joven puedan escuchar, mucho mejor. Al igual que ocurre con la gastronomía, mientras más variada sea la comida con la que se alimenta al niño, más abierto estará a probar y experimentar con diversos sabores, colores y texturas.

 

Palabras e instrumentos

Una morena en la ronda. Arrullos, juegos y relatos de las comunidades afrocolombianas.

Pilar Posada también participó en la recopilación de los arrullos, juegos y relatos que hacen parte de Una morena en la ronda, una publicación del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).

 

¿Qué importancia tienen las palabras en la música y qué relación existe entre música y literatura?

Los movimientos de promoción de lectura de los últimos años han reconocido la importancia de la música como un elemento que puede acompañar el proceso de formación lectora. Durante mis talleres, por ejemplo, hago uso constante del repertorio de juegos sobre los que he investigado para que los promotores de lectura puedan emplearlos. Son herramientas de carácter didáctico que les permiten adelantar una labor de motivación y socialización para activar y despertar el interés de los niños.

Como explicaba anteriormente, las palabras, la narración, la historia están presentes en las canciones. Las canciones y juegos tradicionales son, junto con los libros de imágenes una primera puerta al mundo de la lectura. Es recomendable, con los niños más pequeños, invitarlos a aprender canciones en las que puedan realizar gestos y movimientos al tiempo que cantar. Esta integración de actividades es muy beneficiosa para su desarrollo.

 

¿Qué importancia tiene permitir que el niño aprenda a tocar un instrumento?

En la medida de lo posible, y si existen los recursos, esa es una experiencia maravillosa porque los niños que tienen una relación más cercana con la música y un instrumento tendrán la posibilidad de crear un vínculo más estrecho con las diferentes manifestaciones artísticas.

 

¿Cuál es la edad ideal para comenzar esta formación?

Creo que sobre este aspecto no puede haber reglas y depende mucho de las condiciones que las familias y el Estado puedan brindar a los niños. Lo que sí afirmo, categóricamente, es que antes de iniciar el aprendizaje de un instrumento es necesario que haya un aprestamiento corporal a través del juego. Es necesario que el niño explore su cuerpo, sus recursos, sus posibilidades; que juegue con su cuerpo, que se familiarice con el ritmo y la melodía a través de su cuerpo, que cante, que salte, que juegue, que baile.

 

¿Qué hacer con un niño con dificultades para interpretar un instrumento?

Ese es un caso muy frecuente que suele presentarse cuando son los padres y no el niño quienes están verdaderamente interesados en que su hijo aprenda a tocar un instrumento. Mis tres hijos, por ejemplo, recibieron clases de piano. Uno de mis hijos me dijo un día que el tiempo en entrenamiento de fútbol pasaba muuuuuy rápido y en clase de piano pasaba muuuuy despacio. Con esta frase comprendí que amaba el fútbol y no disfrutaba el piano. Hasta ese día recibió clases de piano. No insistí.

 

¿Existe un espacio ideal para iniciar la formación musical con los niños?

La línea de trabajo en la que fui formada privilegia el movimiento, la palabra, el canto y la exploración con los instrumentos; así que resulta indispensable contar con un espacio amplio y una buena dotación instrumental básica que les permita a los niños explorar y jugar con los diversos timbres y sonidos que producen diversos tipos de instrumentos.

 

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2 Comentarios

  1. es derecho de todos adquirir una educación en el arte y la cultura, por otro lado si es bastante importante que todo niño acceda a este tópico pues sera gran parte de su crecimiento mental y personal, el la colaboración de desarrollar algunas habilidades.

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    • ¡Así es, Arte! Por lo pronto lo que señala Pilar Posada es que en parte este contacto se da a través de la cotidianidad de la propia cultura, pero estamos de acuerdo con que desde los primeros años se debe propiciar en contacto de los niños con estas artes y potenciar sus habilidades de creación. ¡La música es lenguaje! 🙂

      Te recomendamos esta otra entrada: https://maguared.gov.co/musica-y-arte-como-experiencias-para-potenciar-el-aprendizaje-en-los-ninos/

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