El 21 de febrero de cada año se celebra en el mundo entero el Día Internacional de la Lengua Materna. Este día fomenta el respeto hacia el uso de las lenguas nativas de cada grupo cultural en los contextos de enseñanza y aprendizaje (formales y no formales); lo anterior está enfocado especialmente en los niños porque son ellos los que van a mantener la riqueza cultural vigente y en el largo plazo.
En Colombia contamos con más de 65 lenguas vivas entre indígenas, dos criollas (de San Andrés y San Basilio de Palenque), una romaní (pueblo gitano), el español y la lengua de señas colombiana. Son más de 60 “lenguotas” tan complejas en su estructura y tan importantes como cualquier otra lengua que conozcamos (inglés, portugués o danés, por ejemplo). Varias de ellas están en serio peligro de extinción porque hay muy pocos hablantes vivos y, por esa razón, tenemos una gran responsabilidad por delante para mantener el patrimonio inmaterial de las lenguas maternas.
Según el documento Lenguas Nativas y Primera Infancia, del Ministerio de Cultura y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), “La idea que tenemos de nosotros mismos está íntimamente tejida con la lengua que hablamos; nuestra identidad, nuestros pensamientos y sueños están en buena parte adheridos a la lengua materna, porque en esa lengua nuestros familiares nos mostraron el mundo y se volvió parte de nuestro ambiente y tejido social”.
Desde el vientre materno los niños se familiarizan con la sonoridad de las palabras y con la musicalidad del lenguaje. Un bebé de pocos meses se calma cuando lo arrullan y le cantan, más adelante le gustará jugar con la lengüita y producir de manera autónoma y consciente ciertos monosílabos para comunicarse. Hacia los dos años el cerebro del peque es capaz de aprender una palabra nueva cada dos horas.
La diversidad lingüística de Colombia crea un terreno muy fértil para que desarrollemos (con la ayuda de padres y cuidadores) el plurilingüismo en nuestros niños; este término hace referencia a la capacidad que tiene una persona para comunicarse en dos o más idiomas. Distintos estudios han demostrado que el aprendizaje de una segunda lengua es mucho más fácil en edades tempranas dado que el cerebro en constante conexión y reconexión neuronal destina una parte dedicada a ese conocimiento.
Sabemos que cada niño que aprende y domina su lengua materna acumula el saber de su pueblo, recibe la herencia de los ancestros, puede expresar su visión del mundo, sus ideas y valores, y su identidad y sus afectos, por lo que en Maguaré hemos diseñado una programación especial que celebra nuestra diversidad lingüística, en donde las lengüitas de los peques y las lenguotas de sus pueblos son las protagonistas. Tenemos más de 35 contenidos en kamentsá, uitoto, palenquero, creole, español y rrom dispuestos para que niños y grandes exploren y disfruten:
– Cantemos las partes del cuerpo mientras el rock Kamentsá nos hace bailar.
– Juguemos con las mariposas gitanas.
– Exploremos los ecosistemas y la cultura creativa de diferentes etnias indígenas colombianas.
– Cantemos la canción de la casita de chocolate y cerezas de Valentín.
– Vamos a jugar con una amiga de San Andrés y Providencia.
¡A jugar con las lenguas, las lengüitas y las lenguotas en Maguaré!
Tres de las cinco ramas principales cuentan con poblaciones importantes, donde el maya yucateco se convierte en la segunda lengua más hablada de México. Lenguas Hokanas Se trata de una agrupación de pequeñas familias lingüísticas habladas en California y México, se menciona que estaría formada por entre 15 y 40 lenguas. Lamentablemente la mayoría de las lenguas hokanas ya se encuentran extintas o en peligro de desaparecer pronto. Lenguas Toto-Zoqueanas Una lengua que viene de la unión de las subfamilias lingüísticas totonaco-tepehua y mixe-zoque. El primer grupo se formó por siete lenguas.
Excelente, cada vez más sorprendida con todas las estrategias pedagógicas.