Maguaré es el portal de la Estrategia Digital de Cultura y Primera Infancia del Ministerio de Cultura donde las niñas y los niños pueden conocer y disfrutar cientos de contenidos especializados creados en Colombia para ellas y ellos. Por ello, el grupo de Primera Infancia, infancia y Adolescencia de la Dirección de Poblaciones invitó a John Vela a acompañar la participación de niñas y niños para que fueran creadores de sus propios contenidos, reconociendo en ellos el potencial creativo y la diversidad de universos de la niñez por descubrir.
John es Diseñador Industrial, maestrando en infancia y cultura, enfocado en diseño de espacios, dispositivos y experiencias dirigidas a la primera infancia e infancia. Desde su trayectoria en espacios comunitarios, pedagógicos y artísticos con niñas y niños y adultos cuidadores nos comparte un poco de su experiencia:
¿Cómo es compartir con niñas y niños desde el arte?
Pienso que cualquier persona que tenga la fortuna de trabajar con niños y niñas va desarrollando una sensibilidad, pero esto toma tiempo. El volver a permitirnos, como adultos, asombrarnos como ellas y ellos lo hacen, es algo maravilloso.
En ocasiones se suele pensar que lo que está hecho para niñas y niños pequeños se hace muy fácil, con menos y de menor calidad; pero cuando tú trabajas directamente con la niñez, lo primero que debes ser es “ser muy sensible”; y entonces, cuando hablamos de compartir con ellas y ellos desde lo cotidiano, es realmente conectarte con sus necesidades, escucharlos, observarles, acompañarlos, jugar y hablarles, pienso que eso es compartir inicialmente.
¿Cuéntanos cómo fue el proceso de creación de la Serie “Relatitos ilustrados”?
Nosotros planteamos que no se iban a manejar encuentros tipo “taller”, con las niñas y los niños, sino una propuesta más experiencial; por ello, la apuesta fueron los “laboratorios” porque son unos espacios de exploración y creación, a partir de lineamientos gráficos y visuales.
Diseñamos laboratorios pensándonos la dinámica y la metodología para que se ajustara a las particularidades de las niñas y los niños. Ahí es donde surge la propuesta de instalar algunos dispositivos o llevar diversos materiales como cartón, acetato, papeles, etc. para que ellas y ellos nos contarán, desde su vida cotidiana, lo que ven a su alrededor, permitiéndoles elegir libremente qué contar y cómo contarlo. Relatitos Ilustrados es el ejemplo de esa diversidad.
Así empezó este proyecto, dejando ser a la niñez. Algo que hemos aprendido en todo este trabajo es que debemos ser muy flexibles, no será lo mismo trabajar con personas adultas que con las niñas y los niños. Y, es ahí donde está el reto de aprender a escucharlos, observarles, y, sobre todo, valorar sus aportes. Durante este camino tuvimos varias anécdotas que nos hicieron ver más allá y entender la dinámica propia de estos espacios.
¿Cuál es la experiencia que te deja este proyecto?
La experiencia que me deja una vez más es la satisfacción de poderle dar un espacio participación a la niñez, creo que cada pequeño paso o cada escalón que se logre es una ganancia para visibilizar las voces de las niñas y niños.
Para algunas personas es la publicación de un producto, un vídeo o un libro, pero detrás de esto hay una familia que apoya, escucha y le da la oportunidad de participar y crear a sus hijas o hijos. En este proyecto varias familias cancelaron una semana de sus vacaciones para acompañarnos en la producción o nos abrieron la puerta de su casa para escuchar de cerca los relatos de las niñas y niños; esto no lo hicimos solos. Agradecemos al Ministerio de Cultura porque sabemos que Maguaré y MaguaRED son las plataformas que movilizan este tipo de iniciativas, y que permiten que estos contenidos lleguen a más niñas, niños y familias del país para que se inspiren.
¿Cuál crees que es el secreto para interactuar y dejar participara niñas y niños?
Para mí el secreto es bajar el ego del adulto. Los que tenemos la oportunidad de trabajar con la niñez en espacios culturales, siempre leemos a varios autores que nos hablan del adulto centrismo, del mundo diseñado por el adulto, que es el que está primando.
Creo que lo más importante es saber que estamos cometiendo un error y ese es el primer paso para hacer un cambio. Realmente es necesario que la persona adulta piense en horizontal, es algo que yo pongo en práctica mucho cuando trabajo con niñas y niños: nada más con el hecho de hablarles desde mi altura les estoy mostrando mi poder, entonces tú puedes sentarte, mirarlos a los ojos y hablarles directamente; esto es el primer paso para entender que el adulto no tiene toda la razón ni toda la información.
Un mensaje para padres y madres de cómo dejar ser a una niña y a un niño
Desde mi experiencia, como una persona que lleva varios años interactuando con la niñez, y como padre, les diría que les aprovechen el mayor tiempo y que entiendan que cada niña y niño es diferente, que son un mundo y es necesario entender también las subjetividades de cada quien.
Hay que respetarles sus espacios. Las niñas y los niños no todo el tiempo están felices, creo que eso es una de las cosas que tenemos que aprender mucho; ellas y ellos se ponen tristes, les da rabia, lloran y también se ponen mal, precisamente necesitan espacio para poder gestionar sus emociones y lo más importante es permitirles ser.
Nosotros como adultos debemos apoyarles, cada niña y niño tienen su propio proceso, debemos acompañarlos a descubrir, explorar y jugar. Benjamín decía que la casa es el arsenal de las máscaras, entonces aprovechar eso, jugar detrás de las puertas, en la cocina, debajo de la mesa, en la alacena, en cada rincón de la casa, de verdad se sorprenderán de la creatividad e imaginación que se activa.
Etiquetas: creación, creatividad, laboratorios, Participación, Relatitos