Confundiendo historias, de Gianni Rodari
¿Y qué si Caperucita Amarilla? ¿Y qué si Caperucita Verde? ¿Y si en el bosque se encuentra con una jirafa? “Equivocarse” al narrar un cuento clásico resulta ser una maravillosa oportunidad para reinventarlo, y eso fue lo que hizo Gianni Rodari en este libro ilustrado por Alessandro Sanna. Confundiendo Historias es un diálogo entre un abuelo y su nieta, en el que el señor interrumpe su lectura del periódico para contar una historia llena de errores deliberados que convierten a la pequeña en la verdadera narradora. Un juego de narrar a varias voces, como parte del ritual amoroso de la lectura en voz alta.
Es la especialidad de Gianni Rodari. Este italiano, que empezó escribiendo para diarios de su país, pronto descubrió su pasión por la literatura infantil y revolucionó este arte al proponer novedosas piezas que por lo general versionan cuentos conocidos o dejan al lector la posibilidad de escoger el final. Obras como Cuentos largos como una sonrisa, Las aventuras de Cipollino, El libro de las retahílas, Cuentos a máquina, Cuentos por teléfono y Cuentos para jugar son algunas de las más conocidas. Gramática de la Fantasía (1973), por su parte, se ha convertido en una herramienta muy utilizada en la pedagogía contemporánea por partir de su experiencia con los niños en visitas a colegios y por transmitir su idea liberadora de la literatura.
¡No es que el abuelo no se sepa el cuento! Es que los niños siempre tendrán mejores historias para contar y los adultos, como el señor maduro con una oreja verde que también creó Rodari en otro cuento, deberíamos escucharlas. Te invitamos a buscar este libro en tu biblioteca pública más cercana y convertirlo en el pretexto perfecto para llevar su imaginación por el mundo infinito de la literatura. Si eres cuentero, además, verás cómo Confundiendo Historias funciona muy bien para propiciar momentos divertidos con un público cada vez más activo y atento; al principio podrían pensar que estás perdido, pero conforme continúes el relato descubrirán tus verdaderas intenciones y se aventurarán a jugar a las historias. ¡A crear!