Texto: Juan Carlos Millán Guzmán – Dirección de Artes, Ministerio de Cultura.
Fotos: Milton Ramírez, Alexander Arteaga y Laura Ramírez – Ministerio de Cultura.

La Coordinadora de la Comisión Intersectorial de Primera Infancia, Constanza Alarcón, explica algunas de las conclusiones más importantes arrojadas por la reciente evaluación de impacto, realizada a instancias del BID.

Luego de adelantar un ejercicio de similares características hace unos meses, la estrategia gubernamental de atención integral a la primera infancia, De cero a siempre, adelantó junto con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) una evaluación de impacto que contribuyó a que se hiciera una lectura crítica y detallada del proceso que se adelanta, cuyo diagnóstico servirá para robustecer el análisis, además de proveer de nuevos insumos que harán parte del plan de acción oficial frente a aspectos como el fortalecimiento del trabajo intersectorial en territorios, generación de datos confiables en el nivel local e intensificación del trabajo con la familia y sostenibilidad de la estrategia.

“El BID ha sido un socio muy importante dentro del proceso de construcción de la política de primera infancia, no solo en los últimos cuatro años sino de tiempo atrás, de tal manera que la estructura curricular que se montó para orientar al equipo de trabajo –marco de análisis, metas y líneas de acción- contribuyó a dar valor agregado a la evaluación, en la medida que permite hacer una revisión a partir de lógicas distintas a las locales, en este caso las de América Latina”, explica Constanza Alarcón, Coordinadora Comisión Intersectorial de Primera Infancia.

“Poder contar con una colección de más de 130 títulos técnicamente seleccionados con rigurosidad y pertinencia por un grupo de expertos nos hacen ver que estamos haciendo un trabajo muy responsable en el territorio, porque en cualquier parte del país a la que uno vaya puede tener la seguridad de encontrarse con estos nuevos libros”, destaca Constanza Alarcón, respecto a uno de los aspectos de la participación que tiene el Ministerio de Cultura en la estrategia.

Evaluación de impacto

¿Cuál es el balance de la evaluación de impacto que se adelantó con el BID?

Como parte de los procesos que se adelantan con el BID, se nos invitó a hacer parte de un programa de cualificación para los equipos de las entidades que hacen parte de la Comisión Intersectorial de Primera Infancia, a partir de los postulados de la estrategia De cero a siempre que los reúne, y que cada una de las instituciones y entidades conoce –Ministerio de Cultura, Ministerio de Educación, Ministerio de Salud, Departamento de Prosperidad Social (DPS), Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema (ANSPE), Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y Departamento Nacional de Planeación (ICBF)-.

¿Qué nos permite este hecho? Logramos ganar en institucionalidad, sostenibilidad y territorialización. Una vez apropiado el marco de la política por parte de los equipos técnicos, nuestra labor adquiere mayor proyección y comienza a estar incluida en presupuestos y planes de trabajo, además de tomar conciencia sobre la necesidad de trabajar con los equipos de cada uno de los departamentos y municipios.

¿Cuáles han sido los logros más destacados alcanzados hasta ahora?

La política de Primera Infancia nos ha permitido llegar a un número muy significativo de niños, de tal manera que hoy el país es capaz de atender a una población de más de un millón de niños, bajo unos criterios de calidad, a partir de la implementación de un nuevo mecanismo de política pública que no solo apuesta por un sector, sino que considera a los demás sectores.

Logramos que cerca del 50 por ciento de los planes de desarrollo del periodo anterior de alcaldes y gobernadores incluyera de manera adecuada temas relacionados con Primera Infancia en materia de presupuesto y metas.

¿Qué aspectos habría que mejorar?

Trabajar en la intersectorialidad tiene algunos puntos de vulneración, como son los constantes cambios de las personas que integran los equipos, así como su rotación, orientación y formas de trabajo.

Así mismo, debido a la magnitud que plantea llegar al orden territorial, aparte del tiempo y la dedicación se requiere también un esfuerzo recurrente de trabajo y asistencia técnica con cada uno de los equipos de trabajo, puesto que todavía requieren un acompañamiento constante del nivel nacional. Ése es un aspecto muy importante: hacer que los equipos locales se apropien y construyan una política pública.

¿Cuál es la importancia de que la estrategia De cero a siempre pase de ser una política de gobierno para convertirse en una política de Estado?

Hay dos elementos que considero fundamentales: una directamente relacionada con la sostenibilidad de la estrategia, que favorecería el hecho de que el tema de primera infancia sea una prioridad para todas las políticas gubernamentales, con todo lo que ello implica: metas específicas de trabajo, asignación presupuestal y generación de institucionalidad.

La otra está relacionada con el enfoque de la estrategia a diversos grupos de población, de tal manera que no solo se considera a niños en condiciones de vulneración, sino que además permitiría la creación de un marco para construir un proyecto de nación dirigido a una población constituida por más de cinco millones de niños.

¿Cómo contribuye esta evaluación de impacto a que se logre avanzar en materia de hacer realidad ese tránsito a política de Estado?

El proyecto de Ley que se presentó a consideración del Congreso contempla tres aspectos de la evaluación adelantada junto con el BID: fortalecimiento del tema territorial, sostenibilidad financiera y necesidad de crear sistemas de información a partir de datos confiables que puedan servir como insumo para tomar decisiones.

¿Cuál es la importancia de estos datos y por qué persiste la dificultad en contar con información detallada en las regiones?

Los distintos sectores con los que trabajamos tienen una lógica de descentralización muy distinta, de manera que los mecanismos y criterios que pueden tener, por ejemplo, instituciones del sector salud o educación resultan muy distintos.

El Ministerio de Cultura no es tampoco una institución que tenga un carácter descentralizado, y para llegar a adelantar acciones en el territorio prácticamente debe hacerlo de manera directa, debido a que no existe una arquitectura local o departamental. Algo similar ocurre con el ICBF, pese a que es la institución con mayor presencia en todo el territorio nacional.

Circunstancias como esas hacen que en ocasiones la realidad que se lee desde el nivel nacional diste mucho de la que se observa en el nivel local, y unificar los criterios llega a ser muy complicado.

El Ministerio de Cultura y la estrategia

Uno de los aspectos que llaman la atención en otros países es la participación del Ministerio de Cultura en la estrategia para la primera infancia. ¿En que radica su importancia?

La participación del Ministerio de Cultura se evidencia en varios niveles, y quizá el primero de ellos es que pese a tratarse de una institución sin programas o cobertura de carácter masivo, contribuyó en gran medida a que la estrategia pudiera leer su aspecto poblacional en una lógica territorial, de manera que fuera capaz de comprender la importancia de particularidades lingüísticas, étnicas, sociales, climáticas y geográficas.

Por otro lado, nos encontramos con que los temas de reconocimiento del niño como sujeto activo que participa en la construcción de ciudadanía hacen parte de la agenda interna del sector cultural, de tal manera que orienta una de las líneas más fuertes que tiene en este momento la estrategia en su intención de permear la oferta de servicios a través de temas relacionados con la perpetuación de tradiciones, lenguajes, formas y construcciones culturales a través de diversas formas de expresión que involucra al conjunto de las artes.

Tal ha sido su impacto que en la actualidad los temas relacionados con la literatura están incluso en el sector salud, gracias a la apuesta y claridad que aportó el Ministerio de Cultura para sacar adelante esta línea de trabajo.

¿Qué aspectos destacaría respecto a esta línea de trabajo alrededor de la literatura?

Quizá una de las razones más importantes –aunque no la más relevante- sea el hecho de que Colombia tiene uno de los indicadores más bajos en materia de lectura, así que sabemos de la importancia en incentivar y crear un gusto genuino por la lectura desde los primeros años de vida, porque en materia de atención a la primera infancia, consideramos que durante los primeros años de vida los niños tienen una forma particular de relacionarse con el mundo que se construye a través de diferentes lenguajes y medios de expresión, tales como el juego y el arte como forma de crear.

Uno de nuestros pilares es la literatura, porque nos permite fortalecer la transmisión de saberes y culturas, así como de bagajes históricos, de una generación a otra. El cuento, la narración y la poesía nos permite crear esa posibilidad para que el niño comience a recrearla, convirtiendo a este lenguaje en un potenciador muy grande capaz de potenciar imaginación, creatividad y pensamiento.

Además de proporcionarnos un puente inmejorable para estrechar los vínculos afectivos entre el niño y sus padres a través de la lectura. No solo se trata de crear buenos lectores, sino de fortalecer la estructura emocional, de pensamiento, creación y apropiación del mundo por parte de los niños.

¿Cuáles serían los programas desarrollados por el Área de Primera Infancia de la Dirección de artes del Ministerio de Cultura que usted destacaría?

Mientras que Leer es mi cuento ha sido nuestra columna vertebral, y nosotros hemos procurado sacarle el mayor provecho posible, la línea de cuerpo sonoro permite, por ejemplo, poder recrear condiciones particulares del proceso de socialización de las mujeres, así como el reconocimiento y potenciación del cuerpo como imaginario y forma de expresión.

Otra de las líneas fuertes del área es la plataforma digital de Maguaré, que no solo permite abrir nuevas posibilidades en materia de movilización social, sino a partir del cual hemos comenzado a desarrollar construcciones propias con diferentes enfoques y herramientas que la hacen de mucha utilidad para maestros y padres de familia, además de los niños.

Cuando se comenzó a implementar el Programa Nacional de Estímulos, por ejemplo, nos encontramos con que las iniciativas asociadas a temas de primera infancia ocupan mayor visibilización y realización en territorio.

Actualmente se proyecta la implementación del programa de lectura en espacios no convencionales, concretamente en lo que tiene que ver con centros de atención hospitalaria. ¿Cuál es su importancia?

Nosotros trabajamos sobre una línea muy sencilla que fue la creación de salas de lectura, pero en un país como Colombia -donde las condiciones de vulnerabilidad de los niños son todavía tan grandes-, surge la necesidad de desarrollar nuevas estrategias asociadas a aspectos como la tasa de retorno que tiene la inversión en libros para la primera infancia, y la necesidad de llegar a otros espacios.

Es así como nos encontramos con el reto de transformar ambientes tradicionalmente fríos y distantes en los que hemos implementado estrategias como la entrega de ajuar de bienvenida para madres gestantes y construcción de ambientes amigable en torno al libro y la lectura, en los que paralelamente trabajamos aspectos como nutrición, cuidados del bebé y crianza.

Ha sido tal el impacto que el sector salud se ha comprometido con la entrega de 150 salas de lectura en diferentes ámbitos hospitalarios, y eso la verdad es que no existe en ningún otro país.

 

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