¿cómo se están pensando los museos para los niños y las niñas?
El pasado mes de octubre, Bogotá fue el epicentro de varios eventos entorno a la infancia. Uno de estos fue el 10 Congreso Mundial para el Talento de la Niñez, cuyo lema central fue “Investiguemos la paz”. El encuentro, promovido por la Fundación ELIC (Escuelas Libres de Investigación Científica para Niños), reunió a varios expertos para hablar de lo niños desde distintas perspectivas, y una de estas fue el museo como una entidad que desarrolla sus talentos.
Anna Omedes, del museo de Ciencias Naturales de Barcelona, Sigril Falla, directora de arquitectura de experiencias de Maloka, de Miguel Ángel Gómez, del museo Papalote en México, hablaron de la transformación de los museos y de la capacidad de estos por construir tejido social y transformar la realidad de los niños.
El museo como ser vivo se transforma, cambia y se adapta a los requerimientos y necesidades de su tiempo, como replantearse y redefinirse para un público como los niños y las niñas. Los museos tienen que ser espacios para la infancia y debe hablarles desde sus lenguajes y sus exigencias.
Para Sigri Falla, el museo tiene un papel fundamental en el ecosistema de aprendizaje de una ciudad, vista como la ciudad educadora. Una educación que no recae únicamente en la escuela o en la familia sino en toda la sociedad y, en este caso particular, en los museos.
Museos de historia natural
Los museos tienen un gran diversidad. Hay museos como campos de conocimiento y no hay un museo igual a otro. En código de patrimonio, lo cotidiano, lo simbólico, lo inmaterial y material pasan a ser para una generación elementos que los configuran y les recuerdan quiénes son, quiénes van a hacer o quiénes eran. El caso del patrimonio natural o científico no es muy distinto, finalmente habla de un contexto, de un desarrollo y de unos avances que han permitido todos los descubrimientos presentes, así como sus antecedentes.
Los museos de historia natural están basados en una colección científica que tienen un proceso de investigación e interpretación y cuyo propósito primordial son las colecciones y la investigación. Sin embargo, con el tiempo los museos han tenido una transformación, y hoy, más allá de la importancia indiscutible de las colecciones y del patrimonio que ellas constituyen, tienen un eje central y fundamental y su función es educativa.
Maloka
Maloka viene de la tradición de los centros de ciencia: espacios interactivos que tienen en su nacimiento no tanto un interés en una colección y patrimonio, sino por este último eje que es la educación. Pensar en cuál es el papel de la ciencia en la sociedad y la necesidad de educar a las personas en el conocimiento científico desde la experiencia y desde el quehacer, es una de las apuestas de este museo.
Hay que señalar, sin embargo, que el aprendizaje de la ciencia y la tecnología no se trata de una apropiación de conceptos, sino que debe ir codificado en el lenguaje de los niños y las niñas; desde la experimentación, desde la posibilidad de equivocarse y aprender y de tener contacto con los fenómenos científicos de manera directa.
En el caso de Maloka. Su propósito es la generación de ambientes de aprendizaje diversos. Hay módulos interactivos, colecciones de los centros de ciencia, colecciones de objetos y experimentos que se producen de manera intencionada para comunicar un tema específico.
Además de la interacción a través de la mediación y de la experimentación, Maloka rompe con la idea de que el museo es un espacio que acoge colecciones para ser observadas de manera pasiva e invita a las familias y a los niños y niñas a que vivan el museo según sus intereses.
Una noche en el museo
Una noche en el museo es una actividad gratuita. Las familias tienen la posibilidad de vivir un rato de esparcimiento pero también de aprendizaje intergeneracional y colaborativo donde los niños y las niñas en compañía de sus padres interactúan, experimentan y generan conocimiento. Esta actividad está pensada para que los asistentes se muevan entorno a sus preguntas, intereses, y no desde una exposición que tiene respuestas dadas.
La ciencia del asco
Para los niños y las niñas hay una exposición que gusta mucho y es la ciencia del asco, un tema que genera distintas reacciones pero que también permite un acercamiento a la ciencia y tecnología no solo desde la perspectiva biológica sino cultural.
Museo de Ciencias Naturales de Barcelona
Este antiguo museo fue inaugurado en 1882, gracias a una donación que hizo una persona con muchos recursos y muchos objetos de valor histórico y simbólico al ayuntamiento de Barcelona. Desde ese entonces, y hasta el 2011, solía ser un espacio de exhibición convencional, los objetos estaban exhibidos y los visitantes solo observaban y recorrían las salas.
En 2011, el museo adquirió otra sede y esto, como explica Anna Omedes, les brindó una oportunidad y casi una obligación de redefinirse como museo. Encontraron que tenían que ser un museo inclusivo con un modelo pedagógico propio capaz de hablarle a todas las poblaciones y con un interés en los proyectos sociales.
Por eso hoy, el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona además de las colecciones, la investigación, y las exposiciones, tiene claro que es un lugar para todos los colectivos, incluyendo los niños y las niñas que contribuyen al cambio social. Hoy en día se rigen por los pilares de la accesibilidad, la proximidad y la equidad.
Nido de ciencia
Este es un espacio destinado a los niños y niñas de 0 a 6 años.a sabido utilizar sus fortalezas, como ser un museo de colecciones, para presentarle a los niños objetos detonantes de conocimiento. Aprovechan texturas y materiales sugerentes, y en los niños surgen hipótesis, ideas, preguntas y dudas. Lo anterior, permite que ellos mismos tomen iniciativas diversas, precisamente para dar valor al proceso de investigación de los niños y niñas.
La metodología científica, más allá de estar posesionada en el mundo académico, es la forma en la que naturalmente los niños se acercan al conocimiento. La idea es que los niños descubran, comparen, deduzcan e imaginen a partir de los objetos.
“Una vez, un niño estaba tocando piel de leopardo, y afirmó que era una mariquita. la mediadora le preguntó ¿por qué crees que es una mariquita? ¡porque tiene manchas! respondió. Luego fueron a los libros a buscar las mariquitas y allí el niño descubrió que las mariquitas no tenían pelos hasta que descubrió qué animal era”, esa es la filosofía de Nidos,cuenta Anna.
Papalote museo del niño
Este es un museo para niños de primera infancia. Opera bajo el emblemático lema “toco, juego y aprendo”. A través de cinco escenarios o experiencias, que son: mi cuerpo, México vivo, mi hogar y mi familia, mi ciudad y laboratorio de ideas. Estas temáticas ofrecen la oportunidad de no separar la vitalidad de los niños (jugar, saltar, explorar) para reconocer el mundo.
Desde la propia experiencia y la vida cotidiana se pueden explicar conceptos como: la gravedad, la velocidad, la energía y esto no solo es significativo para los niños, sino que les permite a los agentes educativos entrar a enseñar de otras formas más allá del curriculum.
A partir de los sentidos los niños pueden ampliar el conocimiento del mundo que los rodea. Entender que el patrimonio también es la chinampa, los ajolotes de Xochimilco, la naturaleza que los rodea, los arrecifes o sus jardines. Que dentro de su hogar y familia, los alimentos que consumen tienen una historia y hacen parte de sus costumbres y tradiciones. Pero, la filosofía del museo es no dar respuestas y soluciones. El conocimiento está en contínua construcción y dejar preguntas abiertas permite activar esa curiosidad y vitalidad inherentes en los más pequeños.
Preguntar: ¿qué te genera la exposición ¿Los objetos? E invitar a los niños a que creen a a partir de estas preguntas, hace que el recorrido no solo sea un juego, sino que el conocimiento sea apropiado a través de estos encuentros.
La importancia de los museos
El museo tiene la posibilidad de abrir distintas opciones y posibilidades para que, en función de las preguntas e intereses de los niños y las niñas, se generen experiencias que permitan explorarlo de manera voluntaria detonando procesos de aprendizaje.
Para Sigri, Anna y Miguel Ángel es importante proponer el museo como un espacio complementario a los procesos de aprendizaje que lideran en la escuela. El museo es un lugar que genera en los niños y las niñas preguntas, que los motiva a seguir explorando y que les permite tener contacto con los elementos donde a través del cuerpo, de las emociones y sensaciones pueden desarrollar una diversidad de procesos de aprendizaje.
Además, el museo debería ser un espacio de convergencia que le habla a la sociedad en función de sus condiciones, preguntas y sus situaciones específicas. Para que el día de mañana sean los niños y las niñas quienes tomen decisiones que tengan un impacto social y que contribuyan a cambios significativos en sus entornos.