Amamantar es un gesto de amor en el que los cuerpos se juntan para compartir tranquilidad, seguridad y compañía. Estas diez recomendaciones son útiles para que ese momento íntimo con el bebé sea especial y valorado cada vez más en el entorno social y laboral:
1. Amamantar es un momento especial para tejer un vínculo de amor con los niños.
Amamanten con la seguridad de que en ese momento se crean las condiciones para acercarse al bebé y establecer una relación especial para toda la vida.
2. Amamanta para darle fuerza y vida al nuevo ser que está en el mundo.
El calostro y la leche materna son fuentes nutritivas esenciales, pues previenen infecciones, proveen al bebé de la flora bacteriana que cuidará la integridad de su organismo y le dará vitaminas A y K. Es un alimento integral, poderoso e imprescindible.
3. Amamantar legitima la naturaleza que se manifiesta en el cuerpo, la palabra y la sonrisa.
La fuerza acogedora de la madre brinda alimento biológico y espiritual. Al cantarle al bebé, al encontrar miradas, al acercar ambos corazones, al amarse y comprenderse sin palabras, las madres le entregan mucho más que nutrientes.
4. Amamantar al bebé es una experiencia de amor, vida y confianza.
Aunque puede ser una experiencia que causa miedo, amamantar es una travesía que muestra todo el valor de la mujer, su valentía y su capacidad innata para amar, acoger, alimentar y criar.
5. Amamantar da la certeza de que el bebé necesita el cuidado de sus madres.
La tranquilidad, bienestar, disposición psíquica, física y emotiva, así como una alimentación sana y una buena hidratación, son factores fundamentales para la producción de leche. Además, el agua de hinojo, la quinua, el ajonjolí con miel y el amaranto aportan a incrementarla.
6. Amamantar en el trabajo es posible, los niños tienen ese derecho.
El ambiente, el apoyo, la disposición y la actitud de los compañeros de trabajo es esencial para que la mujer se sienta tranquila para recolectar la leche en varios momentos. Es importante guardarla en envases de vidrio con tapa plástica y conservarla en la nevera. Así se estimula la producción y el bebé seguirá disfrutando de la presencia amorosa y de los aportes nutricionales de la leche materna.
7. Amamanta para acoger, acunar y conocer al bebé.
Cada segundo que una madre y su entorno familiar pasa con su hijo es valioso para acercarse. Aún cuando deja de succionar pero éste mira y se comunica, están compartiendo y fortaleciendo el vínculo natural que se hace oficial en el compartir de la vida. El nacimiento y el amamantar convocan a experiencias profundas, nuevos ritmos, aprendizajes y percepciones de la vida.
8. Amamanta sin temor a nada. Es natural que sientas molestias.
Seguro el acto causa incomodidad y dolor, pero amamantar provoca que el vínculo con los hijos sea más fuerte, valiente y resistente. Existen técnicas de drenaje linfático o remedios naturales para los dolores. Si sienten molestia al bajar la leche, por ejemplo, pueden colocar durante siete minutos, sobre sus pezones, hojas de repollo frías o congeladas y luego realizar baños de agua tibia por media hora.
9. Amamanta para sentir placer y felicidad. Produce oxitocina.
Amamantar aumenta la llamada “hormona del amor”, producida en el cerebro y relacionada con los patrones sexuales y con la conducta maternal y paternal. Los estudios indican que está involucrada en el reconocimiento y establecimiento de relaciones sociales, así que influye en la formación de relaciones de confianza y generosidad entre personas. Amamantar libera esta hormona y, por ende, intensifica la unión de una madre con su bebé y la disposición de uno al otro. En una relación de intimidad ella se siente cada vez más cautivada por su hijo y su hijo cautivado por ella.
10. ¡Amamanten siempre que el bebé lo necesite! En cualquier momento y lugar.
Lastimosamente aún existen muchos prejuicios culturales relacionadas con la lactancia, sin embargo hay que estra seguras de que el hecho de amamantar es una decisión de cada que se da por el vínculo con el bebé y el fluir natural de esa relación. Procuren amamantar sin horarios ni limitaciones por todo el tiempo que sea posible, de manera que el niño pueda satisfacer no solo su necesidad de hambre sino también la cercanía.
