Por: Gaviota Castro Varela – Promotora de lectura regional
“Botamán cochjenojuabó
Botamán cochjenojuabó… chor,
botamán cochjoibuambá mor bëtsco,
botamán mabojatá.
(Bonito debes pensar…
luego, bonito debes hablar
Ahora, ya mismo,
bonito empieza a hacer)”.Hugo Jamioy Juagibioy
Terminando el primer día de jornada junto con la bibliotecaria del Resguardo Indígena de Mueses, Potosí (Nariño), esperamos que pase un carro que me lleve a la cabecera municipal, donde podré pasar la noche. Mientras tanto, comemos unos dulces para disfrazar el frío. A nuestro lado, dos jóvenes chatean recostados a cada lado de un palo largo y gordo que está al frente de una tienda. Al palo, emplazado ahí a manera de poste, le entra perfectamente la señal de la Internet; es el mismo palo Wi-fi al que Rosa, la bibliotecaria, tiene que acudir siempre para para poder compartir la palabra.
Rosa es una mujer dulce pero seria, con una mirada que te hace sentir que algún día será una de esas sabias abuelas que con su palabra sana corazones. Durante estos casi dos años que lleva ejerciendo el cargo de bibliotecaria en el resguardo de Mueses su vida se ha ido transformando, y es a través de este trabajo en la biblioteca que la comunidad ha comenzado a valorar más su presencia y acción dentro del diario vivir del Resguardo. “Nuestra líder bibliotecaria”, la llaman. Y sí, es una gran líder en su resguardo, es la líder de la biblioteca pública, es la líder de los proyectos de lectura que coordina con gran esfuerzo.
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