Por: Lina Salas Ramírez – Gestora de Comunidades MaguaRED.
¡Guau! A veces me encuentro con trabajos para niños que me hacen sentir como que se me hincha el corazón. Hoy tuve la tarea de revisar para esta comunidad la serie infantil Beto, realizada por el estudio de animación Manija y Simple Origami, con el apoyo de Asociación Síndrome de Down de la República Argentina – ASDRA, ¡está maravillosa!
Beto es una serie transmedia. Tiene sus capítulos en línea y además un juego (con tres modalidades para Android y una versión web) que proporcionan herramientas didácticas como la identificación de formas, cantidades y nombres para promover las capacidades de comunicación en personas con discapacidad intelectual.
Cada capítulo muestra con humor situaciones cotidianas en la vida del niño, quien vive con sus padres y su perro. Situaciones muy comunes que nos harán sentirnos identificados y sonreír; como la mamá súper cansada sacándose un moquito en medio de la noche. Situaciones divertidas que aceleran el ritmo de los capítulos; como los papás dando vueltas mientras corretean a Beto para que se vaya a dormir a su cama, o una bola de niños que no se entiende mientras juegan en una fiesta de cumpleaños, o a Beto callando todo ruido cuanto suena porque aprendió a hacer “Shhhhhh”. En general, situaciones de la vida cotidiana que se resuelven con mucho amor y risas.
La intención principal de esta serie es visibilizar la discapacidad y restarle drama proponiendo la aceptación de las diferencias, invitando a la comprensión de las necesidades especiales de las personas con Síndrome de Down e instando a carcajear con lo que solo se vive en las familias que cuidan de un niño con esta condición. ¡Se vale reír! ¡Se vale mencionar la discapacidad! Si se superan las barreras que cargan de gravedad la relación con personas que tienen capacidades diversas entonces podremos tratarlas como lo requieren. En el reconocimiento del otro está el verdadero respeto y esa afirmación auténtica en su esencia es lo que me fascinó de esta propuesta.
“Discriminar no está mal”, dicen los creadores de Beto para referirse, no a la discriminación para apartar o excluir, sino a aquella necesidad de comprender las diferencias del otro y adaptarse para convivir con él: “En el caso de un niño como Beto es necesario discriminar, ya que tratarlo como uno igual a los demás sería imponerle una gran dificultad”, afirman. Y ya verás que así lo hacen papá y mamá: con mucha paciencia, mucho cariño y entendiendo las necesidades especiales de Beto para interactuar y comprender el mundo. Mira los cuatro primeros capítulos:
En esta animación, hecha en la técnica stop motion, los pocos diálogos no son una casualidad. Es sabido que para los niños con Down el lenguaje hablado es una dificultad, por eso la comunicación requiere de otras formas de expresión. El uso de diferentes materiales para los personajes y las situaciones, la incorporación de imágenes reales y títeres en algunos casos sugieren también infinidades de formas de percibir la realidad.
Beto es sin duda un proyecto repleto de amor y del conocimiento de la situación para hablar de ella sin reservas. Una iniciativa necesaria, además, para enfrentar una enfermedad cuyos efectos en las capacidades intelectuales se han intentado combatir con tratamientos farmacológicos sin dar con resultados positivos comprobados, pero que sí se ha podido tratar con atención temprana y cambios en la mentalidad de las comunidades. La vida con Síndrome de Down nunca será igual a la de los demás, pero puede ser tan bonita y divertida como las personas que nos rodean lo asuman y permitan.
¡Déjanos abajo tus comentarios y comparte este artículo! Que muchas personas vean a Beto y se enamoren de la verdad, sin tapujos y con responsabilidad por lo que nos corresponde en sociedad.