A inicios de 2018 el Ministerio de Cultura, a través del Programa Nacional de Estímulos, abrió la convocatoria para participar en las Becas a proyectos de inclusión para la primera infancia en entidades museales. Este estímulo tiene la intención de promover y fortalecer espacios de participación activos para la infancia en sus diversos entornos, ampliando las posibilidades de disfrutar, transformar y explorar escenarios culturales pensados y concebidos para los niños. Lo anterior permite garantizar el acceso a bienes y servicios culturales enriquecidos en entidades museales y espacios no convencionales.
Después de meses de indagación los jurados María Adelaida López –directora ejecutiva de aeioTU, artista y experta en la filosofía Reggio Emilia–, John Vela Tibocha – director y creador de Zorro+Conejo Laboratorio de Arte y Diseño para niños–, y Pablo Marcelo Andrade – ex director del Museo Histórico de Chile, antropólogo y doctor en arquitectura, patrimonio cultural y medio ambiente– escogieron a los dos ganadores:
De mi casa al museo. Museo de Bogotá, Instituto Distrital de Patrimonio Cultural; Bogotá.
Este proyecto gira en torno al lugar de la casa y el museo en la cotidianidad de la niñez; retoma el valor simbólico de los objetos de las infancias partiendo de una exploración sensorial del entorno y estos objetos. El proyecto extiende la experiencia de la casa y el museo al espacio público y apuesta a la transformación de éstos a través de dispositivos creados especialmente para esta iniciativa.
El uso de la colección y material fotográfico del museo tiene un sentido estético y patrimonial orientado a la infancia y desde allí aprovechan otras estrategias desde los lenguajes de expresión artística que acerquen estos elementos al público.
De mi casa al museo involucra a la comunidad y los espacios educativos cercanos.
La minga del museo Taminango. Fundación Museo Taminango de artes y tradiciones populares de Nariño; Taminango, Nariño.
Este proyecto se presenta como un espacio novedoso para la primera infancia porque permite el aprovechamiento del ambiente para su exploración, propone generar réplicas del material que generalmente es restringido y abre las posibilidades sensoriales y de experimentación de los niños en todo el espacio. El proyecto vincula, además, los saberes y las tradiciones ancestrales que han construido comunidad e identidad en el territorio, resaltando rituales simbólicos propios de la infancia, dándole un sentido particular y legítimo.
La minga del museo Taminango propone un encuentro con el otro a través de la construcción colectiva del entorno mediante la articulación de diferentes significados –el objeto como mediador social y la transmisión cultural son los ejes. Finalmente el proyecto pretende vincular a la comunidad gracias a la participación activa de los sabedores y la difusión de sus saberes: una de sus propuestas de socialización se enfoca en dejar documentado este proceso y aportar a la ampliación de estos espacios en todos los territorios.