Viajeros del pentagrama es una nueva estrategia de apoyo a la formación musical liderada por el Ministerio de Cultura y con apoyo de otras entidades como la Fundación Batuta y la Organización de Estados Iberoamericanos – OEI. Se trata de una plataforma web con actividades para los maestros de preescolar y básica primaria (en el menú Enseña), juegos de refuerzo para los niños (Aprende) y ejercicios complementarios para realizar con los cuidadores y familias en casa (Acompaña).

La meta que se han propuesto es que los niños, al terminar el grado quinto, alrededor de los once años, ya puedan leer partituras, cantar y conocer las bases de percusión y de un instrumento: la flauta dulce. Para esto han dividido su plan de estudio en 6 módulos, cada uno con actividades por semana que se nutren de diversos ejercicios para la exploración musical partiendo del cuerpo como instrumento y del goce como principal motivador.

Para los niños y niñas en primera infancia el objetivo propuesto es precisamente ese: familiarizarse con los sonidos, comprender que dentro de nuestro propio cuerpo producimos ritmos como el latir del corazón y que la música es una expresión que se nos da de manera natural. Ante estímulos musicales varios y con la ayuda de actividades placenteras como la lectura o las dinámicas de danza y coreografía, la propuesta es que los aprendices puedan expresar el carácter de una canción usando el canto y la percusión. Por ejemplo, hay una actividad en la cual los niños realizan gestos o movimientos para representar su nombre y una en la que utilizan instrumentos no convencionales para generar diversos sonidos.

La integralidad de esta estrategia es otra de sus características más interesantes. Si bien está centrada en la formación musical, sus efectos pueden llegar a muchos más aspectos de la vida y el desarrollo de la infancia. Entre muchos de sus beneficios, la música favorece la creatividad y la imaginación, ayuda a la estructuración temporo-espacial, a la coordinación motriz, la percepción y manejo del espacio; fortalece las habilidades de comunicación y expresión oral, los relaciona con los paisajes sonoros, la cultura y la diversidad, y a través de Viajeros del Pentagrama se relaciona muy bien con otras oportunidades de creación como la construcción de instrumentos musicales y manualidades, así como el aprovechamiento de las tecnologías de la información para conocer nuevos mundos, formas de pensar y maneras de expresarnos.  

Los pedagogos musicales que diseñaron este plan entregan muchas ideas útiles para la enseñanza de la música y en general para su exploración en espacios con los niños. En el caso de los contextos escolares sugieren trabajar con grupos de menos de veinte estudiantes y recordar que al cantar, por ejemplo, es mejor hacerlo con poco volumen para no forzar el aparato fonatorio. En general, es un proyecto muy bien cuidado que con seguridad será útil para cualquiera que quiera acercarse a la creación musical. ¡Los adultos también podemos aprender y ser Viajeros del Pentagrama!

Los invitamos a explorar los tesoros sonoros de www.viajerosdelpentagrama.gov.co y contarnos en los comentarios: ¿Qué tal les parece esta iniciativa?

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