Tardes para descubrir historias: La labor del bibliotecario como fuente de inspiración

Por: Bayron Araújo Campo – Promotor de Lectura Regional, Ministerio de Cultura (Biblioteca Nacional de Colombia)

"He tenido la experiencia de trabajar lecturas con niños con edades de 2 a 5 años y me doy cuenta de que encuentran mucho placer al narrar, al dar invención a historias, a veces hasta con el sólo hecho de observar las ilustraciones empiezan a crear personajes y situaciones": Bayron Araújo Campo.

«He tenido la experiencia de trabajar lecturas con niños con edades de 2 a 5 años y me doy cuenta de que encuentran mucho placer al narrar, al dar invención a historias, a veces hasta con el sólo hecho de observar las ilustraciones empiezan a crear personajes y situaciones»: Bayron Araújo Campo.

“Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”. Empiezo recordando esta frase de Jorge Luis Borges porque, en esencia, resalta el significado que converge sobre esos espacios de lectura y aprendizaje. Con esta afirmación, Borges concibe la lectura como una rutina que hace feliz; y yo creo que el mundo sería un mejor lugar si los rutinarios fueran cada vez más niños y sus familias. Es evidente que allí, en la biblioteca, emerge ese pasado poco sepultado del que aún se puede rescatar la importancia de viajar entre letras, de comunicarnos para conocer y crecer. Es también vital para todo presente y futuro el valor cultural que encarna la biblioteca y la conservación de historias que sobreviven en miles y miles de páginas.

A la mayoría de los bibliotecarios del país el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de Colombia les han brindado la oportunidad de capacitarse con el proyecto “Lectura y Primera Infancia” y de ejecutarlo, a su vez, en las bibliotecas públicas a las que pertenecen. Este proyecto ha trascendido exitosamente en la conquista de usuarios de la comunidad, en la creación de “rutinas” y en la participación de niños y familias vinculadas a las actividades de lectura que se promueven durante todo el año.

En un primer momento este proyecto busca desarrollar algunas de las capacidades perceptivas y lingüísticas de los bebés, lo que lleva también a fortalecer los lazos afectivos entre padres e hijos y a generar interacciones entre ellos a través de las enriquecedoras historias y de los personajes y autores que emergen de los contenidos literarios de las colecciones para primera infancia. Allí el bibliotecario se convierte en un niño más que analiza sus reacciones y comportamientos cuando están al frente de un libro, y las comparte y traduce, generando imágenes que activan su curiosidad y los invita a dejarse llevar… la sala infantil se convierte en un lugar mágico, divertido, de amigos, ¡y querrán regresar muchas veces más a la biblioteca!

El bibliotecario tiene una valiosa misión de comunicación a través de lenguajes alternativos y este tipo de proyectos le ayudan a encontrar esa sensibilidad. Con un bebé no puedes hablar esperando encontrar igual respuesta, pero escuchar sus balbuceos mientras observas con detenimiento sus gestos e intentas interpretarlos es también un acto comunicativo y tiene muchísimo valor. El adulto se desprende de sus conocimientos para aprender del bebé, y el acto de lectura en voz alta (por parte del adulto que le acompaña en el momento o del bibliotecario) es un encuentro cercano que activa su motivación hacia las historias y lo conecta con la atmósfera en la que da movimiento a los personajes y elabora sus propias creaciones.

Lo provechoso del proyecto es que el gusto por los libros se adquiere a muy corta edad, es allí -desde los primeros años- donde se da la conquista del lenguaje y las habilidades comunicativas empiezan a desarrollarse y a hacerse muy evidentes. La presencia de los bebés en las bibliotecas públicas ya es una constante, fueron surgiendo más amantes de las historias a medida que conocieron las obras de reconocidos autores como Keiko Kasza, Ivar Da Coll, Taro Gomi, Benoit Charlat, entre otros.

"Con un bebé no puedes hablar esperando encontrar igual respuesta, pero escuchar sus balbuceos mientras observas con detenimiento sus gestos e intentas interpretarlos es también un acto comunicativo y tiene muchísimo valor": Bayron Araújo Campo.

«Con un bebé no puedes hablar esperando encontrar igual respuesta, pero escuchar sus balbuceos mientras observas con detenimiento sus gestos e intentas interpretarlos es también un acto comunicativo y tiene muchísimo valor»: Bayron Araújo Campo.

Se busca también clasificar la variedad de géneros literarios y destacar el cuento y los libros álbum, sobre todo si tienen muchas ilustraciones, los cuales se hacen más interesantes y apropiados para lograr la interacción, romper el silencio de la lectura y entrar a formular preguntas, conocer las respuestas de los niños y obtener una mejor interpretación del texto. Lo importante es que estas lecturas no sólo se llevan a cabo en la biblioteca, también existe la facilidad del préstamo de los contenidos, así que muchos de estos usuarios, enamorados de cierta historia o personajes, piden llevarse los libros, lo que resulta fortaleciendo el hábito lector desde sus casas. Tanto en los niños como en los adultos que los cuidan.

Las tardes se hacen cada vez más propicias para ir y descubrir nuevas historias; las bibliotecas se han convertido en ese espacio ilimitado que permite trascender la realidad, donde lo increíble se vuelve creíble, donde el tiempo parece detenerse y sólo transcurrir en las historias, mientras los personajes emergen sucesivamente entre oleajes de palabras, saltándose de las páginas de los libros abordados, para luego situarse en la imaginación del niño y llenarla continuamente de aventuras memorables.

Me sorprende mucho cuando escucho a los niños mencionar algún personaje, como sucede con Choco, Ernesto, el elefante Elmer, la pobre viejecita, Caperucita Roja y Chigüiro. Cada vez me convenzo de la riqueza literaria que ciertas obras nos transmiten, tanto así que da gusto recordarlas una y otra vez, así reiteradas veces, y siempre que las retomamos es como si al volverlas a leer descubriéramos algo nuevo o encontráramos nuevas relacionamos con otros textos. El reconocimientos de animales es una constante, distinguirlos también, en lo terrible y espantoso que pueden convertirse o lo sensible y buenos que pueden llegar a ser, sin duda alguna, esto les ayuda a enfrentar sus miedos y más precisamente la realidad.

He tenido la experiencia de trabajar lecturas con niños con edades de 2 a 5 años y me doy cuenta de que encuentran mucho placer al narrar, al dar invención a historias, a veces hasta con el sólo hecho de observar las ilustraciones empiezan a crear personajes y situaciones que van moldeando poco a poco hasta construir una narración con base en su imaginación. Podría afirmar con absoluta certeza que son “cuenteros” natos. Este género literario les permite esa entrada a un mundo imaginario, totalmente vivo y de gran movimiento, en la medida en que constituye una forma de compartir ese universo con los demás, de revelarlo por medio del lenguaje ante la necesidad de expresar lo que ven e imaginan, moldear la realidad a su manera, pero ¿cómo es la realidad de un niño? No tan ajena de lo fantasioso, las dimensiones imaginativas resultan ser infinitas. Sus cuentos y relatos terminan convirtiéndose en ese vehículo para hablar de sus afectos, impresiones y sus emociones.

Es necesario que el bibliotecario termine por convertirse en ese niño más y de manera rutinaria entre en interacción con los más chiquitos para escuchar y compartirles canciones, leerles poemas, introducirse en ese universo literario, disfrutarlo, gozarlo, sentir que está más vivo y latente que nunca. Sumergirse en las historias, recordar personajes feroces y retar sus miedos; personajes como Ernesto el león hambriento, los monstruos ilustrados por Maurice Sendak, increíbles animales que intentaban ser los más poderosos, tan feroces que parecían saltarse de las páginas de sus historias y perseguir a esos chiquitos lectores por toda la biblioteca, pero allí estaba el abuelo sapo para defenderlos y un sastrecillo muy valiente.

¡Qué delicia es leer, convertirnos en otros, mirar por las rendijas de la fantasía! Inspirar en los niños este hábito es un enorme regalo para toda la vida.

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1 Comentario

  1. felicitaciones, eres muy afortunado de vivir en ese paraíso.

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