Desde el 2011, los libros de la colección especializada para primera infancia Leer es mi cuento,empezaron a llenar los estantes de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, Unidades de Servicio del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y las salas de lectura. Hoy la colección completa más de 700 títulos pensados para los niños de 0 a 8 años.
Detrás de la selección de estos libros de distintos tamaños colores y formas hay un sin número de variables que se concentran en pensar cómo los niños pueden acercarse a la lectura desde su relación con el mundo. Las seis colecciones, desde 2011 hasta 2016, están encaminadas a mostrar el sin fin de realidades posibles que existen cuando los niños escuchan, disfrutan, comparten y leen un libro.
Títulos como A jugar, Ahora no Bernardo, Colores, Niña bonita y No me comas, participaron de una convocatoria que benefició a 38 editoriales y a 92 autores a lo largo de estos siete años, con el fin de convertir el libro en un elemento al que pueden acceder todos los niños, en cualquier región de Colombia y a un bajo precio.
Desde la estrategia de Cero a siempre y El plan nacional de lectura y escritura, Leer es mi cuento, se crea una convocatoria abierta para todas las editoriales que tienen oferta de libros para niños entre los 0 y los 8 años. Más de 1500 libros llegaron al Ministerio de Cultura. En una primera selección se descartan aquellos títulos que toquen temas como el aprendizaje temprano del inglés, o libros cuyos personajes sean los famosos personajes de Disney, o que contengan preguntas referenciales.
Anteriormente también se descartaban aquellos que tuvieran CD, pero se hicieron excepciones para títulos como Ay mi amor nanas y arrullos de Colombia, libros que demuestran que la literatura también es sonoridad y tradición oral. Después de esta primera selección, se constituye un comité de personas expertas de la Biblioteca Nacional, entidad rectora de las bibliotecas del país, expertos de Fundalectura, reconocida legalmente como la asesora del gobierno nacional en todos los temas de lectura y primera infancia, personas del equipo técnico del Ministerio de Cultura con experticia asociada a esta temática , y el último año se invitó a asesores de la estrategia de Cero a siempre, del ICBF y del Ministerio de Educación. Los títulos que se descartan en esta segunda selección corresponden a libros que tienen mensajes directivos, replican estereotipos de cómo debe ser un niño o una niña y no tienen mucha riqueza cultural.
Al finalizar, invitan a bibliotecarios de distintas zonas del país, quienes en dos y hasta tres semanas leen todos los libros y resuelven preguntas del tipo ¿qué libros escogería si tuviera que priorizar 50 títulos para complementar su colección de primera infancia y trabajar con los niños en su biblioteca?. De allí se llega a un listado de los elegibles de los más a los menos prioritarios, contrarrestando con otras variables como precio, disponibilidad, negociación editorial y de este proceso salen los títulos de la colección.
La colección tiene dos grandes grupos, ficción y no ficción. No ficción está amparado básicamente en libros informativos, que contienen pre conceptos de matemáticas, colores, formas, posiciones, y eso es todo un ejercicio de pensar cómo los más pequeños se pueden acercar a la información fundamental en su primera infancia. Sin embargo en el ejercicio empezaron a aparecer otra clase de libros informativos, que apuntan a dar información de primera mano, cuadros, tablas y otros elementos, pero con una gran riqueza en la narración literaria.
Desde lo formal se piensa en la narrativa gráfica, cómo están puestas las imágenes, si es a doble página, si es sencilla, en los colores y en la composición. Es muy importante dotar a los niños de otros referentes, que tengan una amplia posibilidad y diversidad donde poder encontrar su propia identidad, ya sea gráfica, visual o lectora. La idea es democratizar el elemento visual, enriquecer su cultura gráfica desde otros elementos; con narrativas visuales distintas, los niños empiezan a llenarse de otras herramientas que se van a ver materializados cuando comiencen a dibujar y a expresarse de forma, escrita, verbal y gráfica.
Como cuenta Alejandra Forero, líder de salas de lectura para primera infancia, “un libro como Tan grande como siete osos, de Julie Colombet, que dice frases como:‘un calamar gigante es 8 veces más grande que un oso pardo’ ayuda a comparar, a generar procesos cognitivos. Así como la ilustración y las narraciones que suelen ser poéticas dentro de los libros informativos que comienzan a cautivar a los niños, quienes se interesan por la búsqueda de más conocimiento, información y más lectura“.
Lo mismo ocurre con otros títulos como Quién come a quién, que puede ser un libro álbum por su formato a doble página e ilustraciones, pero también es un libro informativo. Con una correcta mediación, los niños con este libro pueden aprender incluso sobre la cadena alimenticia y otros elementos que están en la naturaleza.
Para Sandra Argel, asesora del Programa de Atención a la Primera Infancia, la colección está pensada en las posibilidades mágicas y potenciadoras de cada libro, en los usos valiosos, desde lo que es importante para los niños y en un esfuerzo por aproximarse a la comprensión de quién es ese niño y esa niña al que el libro va a llegar.
El libro es una posibilidad inagotable en todos los sentidos, desde lo pedagógico y estético y ahí es donde se debe encontrar el valor. Las preguntas que se tejen alrededor son por ejemplo ¿qué transformaciones tienen las comunidades a partir de la presencia del libro? ¿qué es el libro como bien cultural?, las experiencias alrededor de la lectura y el libro como objeto los lenguajes expresivos, las manifestaciones culturales y expresiones artísticas así como las relaciones que se establecen entre el libro – niño y niña, el libro y la comunidad.