Aunque solemos situar al amor en un lugar fijo al lado izquierdo de nuestro pecho, la mayoría de las veces el mayor de los sentimientos se encuentra libre, moviéndose entre las personas, las ciudades y los días; viaja guarecido dentro un beso o un abrazo, camuflado entre las letras de un poema o las notas de una canción. Tomatina Curatodo, una mujer que se pasaba la vida ayudando a los demás, cerró un día la puerta de su consultorio y puso este aviso:
Señorita Curatodo, Cura-nada sin amor,
busco joven agraciado con talento y sin temor.
Por mares y por tierras en bicicleta me iré,
pedaleando rapidito voy el mundo a recorrer.
Voy bailando, voy cantando; voy en busca de un amor…
Y si alguien se lo encuentra, ¡que le dé mi dirección!
María del Sol Peralta y su grupo Cantaclaro han escrito, musicalizado y llevado a la escena teatral la historia de Tomatina, una mujer sabia que sabe curar, que tiene remedios para todas las enfermedades. Una mujer que descubre además que no puede curar sin sanarse primero a sí misma. Así Tomatina, que ha entregado su vida a servir a los demás, decide hacer un alto en el camino, mirarse y buscar eso que tanto anhela: un amor verdadero.
Sin pensarlo dos veces prepara su pequeño morral, alista su bicicleta e inicia un viaje por el mundo partiendo desde Suramérica hasta África. Allí siente el ritmo del Bembé pero percibe que su corazón no se acompasa con esa tonada. Su segunda estación es Grecia, donde un bailarín nota su belleza y le dice ¡Yo soy! Pero no era… Luego pedalea hasta Irlanda y hace un giro largo por el río Mississippi, buscando y buscando sin hallar lo que buscaba. Durante todo su viaje algo en su interior le dice que debe volver a casa, así que conduce su bicicleta de vuelta a su consultorio y a sus pacientes al son de Wiki wiki wak.
En su prisa por hallar al amor de su vida no se había percatado de que al salir y entrar de su casa estaba aquel hombre que se fue de viaje por todo el mundo buscándola —sin que lo viera— pues la amaba perdidamente. Si tan solo me escucharas, Tomatina —pensó él cuando la mujer pasó a su lado, soñando con que le diera una oportunidad— y sin desfallecer en su empeño por conquistarla, se animó a llevarle unos versos y le cantó: Y aquí estoy yo, y aquí estás tú. ¡Ese sí era el amor de su vida!, sintió de inmediato Tomatina. Alguien que la hiciera reír, además de querer ser escuchado y escucharla, era justo lo que ella quería.
¡Sigue la narración de la divertida historia de amor protagonizada por Tomatina Curatodo a través de estas canciones que puedes disfrutar cuantas veces quieras en Maguaré! Compártelas con tus niños y deja que su imaginación ruede en bicicleta desde nuestro continente hacia todo el mundo, mas no te olvides de dejarnos como comentario todas las aventuras que hayan tenido con ellas.
Autores: María del Sol Peralta y Cantaclaro
Formato: audio.
Número de pistas: 6
Duración aproximada: 3 minutos por canción.
¡Muchas gracias, abrazos!