En Medellín la Fundación Palabra, Pan y Pez fortalece los vínculos afectivos de las familias

Diana Vanessa Zapata S. Psicóloga y Directora de Gestión a la Primera Infancia de la Fundación Palabra, Pan y Pez desde el año 2009. Mamá de Emanuel (8 años) y Sarah (4 años). Su amor por los niños y niñas más vulnerables de Medellín nació a muy temprana edad como resultado de las difíciles situaciones que en su infancia debió afrontar. Ese amor y compromiso creciente por los niños y niñas la llevan constantemente a pensar en diversas estrategias y formas para hacer de su infancia un momento más feliz.

50/50: Tejiendo Vínculos Para Siempre

Programa de fortalecimiento afectivo de la Fundación Palabra, Pan y Pez, operadora del Programa Buen Comienzo

“El mundo debe apostar por el afecto
para pensar en que un futuro mejor es posible”: Sue Gerhardt

 

La llamada del amor es una de las estrategias que propone el Programa 50/50 para fortalecer los vínculos afectivos entre los niños y sus familias.

La llamada del amor es una de las estrategias que propone el Programa 50/50 para fortalecer los vínculos afectivos entre los niños y sus familias.

La desvinculación afectiva y emocional se convierte en una de las consecuencias que trae consigo el fenómeno de la inmediatez y la vida a prisa, y que termina afectando el desarrollo infantil en la actualidad. Se ha llegado a normalizar la falta de atención de los padres y adultos significativos en los procesos de desarrollo de los niños y las niñas, por razones atribuidas al poco tiempo y a las muchas responsabilidades. Existen otras situaciones que generan dicha desvinculación tales como: las diferentes dinámicas sociales como pautas de crianza inadecuada, el estrés laboral, la ausencia de la figura paterna, condiciones económicas, entre otras; que logran que las funciones que tiene la familia dentro del sano desarrollo de sus integrantes se vea afectada. Y esto no solo ocurre en las familias que presentan algún grado de vulnerabilidad socioeconómica, nos encontramos en la era en la cual la tecnología, las redes sociales, la televisión, entre otros, son los medios que ofrecen el acompañamiento y favorecen el aprendizaje (adecuado o no) de los niños, las niñas y los adolescentes.

Las consecuencias de dicha desvinculación afectan directamente el desarrollo integral de los mismos. Un niño que no se siente amado por los miembros de su familia es un niño que tendrá dificultades para desarrollar su autoestima, su identidad, su capacidad de relacionarse con otros; lo que se traduce en la incapacidad de incorporarse de forma positiva en la sociedad. Tendrá dificultades para el aprendizaje, para el desarrollo de su inteligencia y de sus potencialidades, en otras palabras, la falta de afecto incide directamente en la salud mental de los niños y las niñas generando diversos inconvenientes emocionales tales como: agresividad, baja tolerancia a la frustración, dificultades en el aprendizaje y en el proceso de socialización, ansiedad y estrés, entre otros.

Danza conmigo es otra de las actividades de esta experiencia en la que los principales protagonistas son los niños y sus familias.

Danza conmigo es otra de las actividades de esta experiencia en la que los principales protagonistas son los niños y sus familias.

La necesidad de promover y fortalecer la educación familiar para que se proporcionen condiciones óptimas que favorezcan el sano desarrollo afectivo-emocional de los niños y las niñas, debe transversalizar toda práctica pedagógica en el establecimiento educativo. Es de conocimiento general que los vínculos afectivos tienen una estrecha relación con el desarrollo intelectual, diversos estudios coinciden en que de la forma como los niños establezcan sus primeros lazos afectivos depende en gran parte su desarrollo intelectual y social específicamente. Las relaciones afectivas sólidas y todo lo que de allí se desprende en la dinámica familiar son la fuente permanente de equilibrio en el desarrollo integral de los niños y las niñas.

La Fundación Palabra Pan y Pez, operadora del Programa Buen Comienzo, ha desarrollado la estrategia 50/50: Tejiendo vínculos para siempre como una apuesta para rescatar la importancia del fortalecimiento de los vínculos afectivos desde la primera infancia para criar niños y niñas más felices.

La estrategia está diseñada para fomentar la participación de la familia en los procesos de desarrollo de los niños y las niñas a partir de diversas manifestaciones de afecto mediante el uso de diferentes lenguajes de expresión. Esto la convierte en una experiencia dinámica, lúdica, innovadora y contextualizada que les permite aprender cómo promover y fortalecer las relaciones vinculares al interior de la familia, para cimentar las bases sobre las que se construye un ser humano sensible, emocional y afectivo.

De qué se trata

La experiencia se lleva a cabo a partir de cinco actividades en las que los principales protagonistas son los niños, las niñas y sus familias. En dichos espacios se cuenta con el acompañamiento no protagónico de los agentes educativos y demás integrantes del equipo interdisciplinario, quienes actúan como mediadores del desarrollo de un proceso que le pertenece principalmente a los niños, las niñas y su grupo familiar primario.

Cada una de estas actividades: Llegó carta, Te cuento mi cuento, La llamada del amor, Danza conmigo y De tú a té, tienen impregnado el componente mágico que viene a través de las demostraciones de amor de las familias hacia sus niños y niñas y viceversa.

La puesta en práctica de esta experiencia durante tres años ha permitido que todo un equipo interdisciplinario haya adoptado y permeado todas sus prácticas pedagógicas con la convicción de que el afecto es un movilizador y potencializador del desarrollo saludable de los niños y las niñas, que educar en el afecto puede hacer la diferencia entre formar una generación que se adapte a la sociedad y que esté segura de sí misma, y una que no lo sea; que los niños y las niñas necesitan de la explosión de hormonas que generan los abrazos fuertes de papá y los besos tiernos de mamá para ser más felices y crecer de forma saludable y que como agentes educativos tenemos la responsabilidad de generar espacios para que tanto las familias como los niños y las niñas consideren la escuela como una extensión de su hogar.

“….y cuando yo la llamo se escucha sorprendida como quien dice: ¿Me extrañas?, ¿me amas?, ¿me estas llamando a mí? Para nuestra hija es un regalo escuchar la voz de sus papás.”
Palabras de una mamá al describir la actividad La llamada del amor.

1 Comentario

  1. Maravilloso artículo.
    Qué bueno sería replicar este modelo en los colegios de educación formal.

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