El padre que da soporte, sustento, apoyo, seguridad y confianza para que el peque vuele alto, sabiéndose respaldado, protegido, seguro y confiado, es un cuidador que crea vínculos afectivos sólidos, lazos que los juntan en el espacio y que perduran en el tiempo.
Una de las características esenciales de la primera infancia es la relación de apego que se establece entre el pequeño y su cuidador, y que alude a la disposición que tiene el niño para buscar la proximidad y el contacto con un individuo, sobre todo bajo ciertas circunstancias que se perciben como adversas. Esta relación denota la necesidad instintiva del pequeño por garantizar su supervivencia y esta garantía proviene de un individuo que se considera que está mejor capacitado para enfrentarse al mundo. Por eso los bebés lloran, succionan, aplauden, sonríen, siguen y se aferran; despliegan una serie de conductas que buscan conservar esa proximidad, especialmente cuando el niño se siente amenazado: está asustado, cansado, tiene hambre, está enfermo o se siente incómodo. El cuidador enfrenta esa amenaza “leyendo” al niño y la alivia prodigando consuelo y cuidados.
Las relaciones de apego tienen una clara función de regulación emocional y su objetivo principal es la experiencia de seguridad. Un pequeñito puede apegarse a distintos cuidadores porque en ellos encuentra la satisfacción de esas necesidades, pero el vínculo se crea cuando se forman lazos afectivos que no sólo están relacionados con el contacto físico, con la proximidad, sino que tienen que ver con la interacción y la comunicación a pesar de la distancia. El vínculo afectivo está compuesto de sentimientos, recuerdos, expectativas, deseos e intenciones, elementos fundamentales para interpretar la experiencia de ser y estar en el mundo. El desarrollo físico, sicológico, cognitivo, social y emocional de un niño dependen de la calidad de los vínculos afectivos que tiene con sus cuidadores.
Si bien la madre es la principal figura de apego, la figura paterna ha sabido transformarse para atender el cuidado de los hijos, que los tiempos que corren están exigiendo. Hoy por hoy los padres están más comprometidos en ser una “base segura” para que sus niños exploren y jueguen; ellos están mucho más dispuestos al contacto piel con piel: acariciando, abrazando, conteniendo, dando besos y haciendo arrumacos. La manera en la que el padre se comporta con el niño afecta la manera en que el pequeño se comporta con otros.
Cuando el niño tiene vínculos afectivos seguros es más cooperativo, expresa afecto de manera positiva, tiene comportamientos menos agresivos, es más competente y compasivo en la relación con sus pares, es un niño más reflexivo, se comunica mejor, tiene periodos de atención y exploración más largos, es más entusiasta, curioso, persistente y autodirigido a la hora de resolver problemas.
El padre incondicional, disponible y estable
El padre crea vínculos seguros cuando está disponible física y emocionalmente para el niño, aún por encima de sus propias necesidades, cuando está dispuesto a ayudar al niño siempre que el pequeño lo solicite, sabe escucharlo y “leer” sus necesidades, crea ambientes para la exploración y el juego, para que se aleje, regrese y acumule experiencia; cuando se comporta de manera incondicional, estable y accesible. Un padre crea vínculos afectivos sólidos cuando enfrenta la adversidad que amenaza a su pequeño y lo mantiene a salvo del peligro, bien sea porque lo alimenta cuando tiene hambre, porque lo cura si se raspa una rodilla o lo acuna con amor cuando se frustra.
En Maguaré los padres cuentan con contenidos muy divertidos, especialmente seleccionados para garantizar los derechos culturales de los niños y promover sus lenguajes expresivos, además de estar en un entorno digital seguro. Maguaré es entretenimiento seguro y feliz para niños y padres, por ello seleccionamos varios contenidos enfocados a que los más grandes compartan con los más chiquitos y hagan más sólidos los lazos que los unen:
Arrullos para cuando el peque aún está en la panza o definitivamente no se quiere dormir.
Si el peque está más grande y lo que quieren los dos es… ¡¡¡rockear!!!, o si lo suyo es más de tambores y sonidos autóctonos en Maguaré está la solución.
En caso de que quieran disfrutar de karaokes o canciones donde los animales son los protagonistas, pueden descubrir pegajosas tonadas aquí.
#YoJuego
Los invitamos a participar de nuestra actividad del mes en la que los niños nos cuentan su juego favorito #YoJuego, se valen fotos o videos de sus familias, juegos y juguetes favoritos.