Por: Lina Salas Ramírez – Gestora de Comunidades MaguaRED
Cortometraje Kung Fu Panda: Los secretos del pergamino.
Los cánones de belleza, la figura irrefutable del macho fuerte y la preferencia de unas etnias sobre otras, son solo algunos de los intentos de homogeneización a los que nos tenemos que enfrentar los seres humanos desde muy temprana edad. Los niños no son en absoluto una excepción, así que hablar sobre el valor de la diversidad debe estar en la agenda de las familias, profesores, creadores de contenidos infantiles y todos los adultos que acompañan y median en el desarrollo de los niños y en las comprensiones sobre sí mismos y el mundo que habitan desde la infancia. Los invito a propiciar esta conversación con los niños que tienen bajo su cuidado, usando como vía inicial el cortometraje Kung Fu Panda: Secrets of the scroll (Los secretos del pergamino o Los secretos del rollo).
Lo conocí por casualidad buscando alguna cosa para ver en Netflix (y supe luego que también está en YouTube), así que con conocimiento de causa les digo que aunque está clasificado para niños entre 3 y 6 años es un bello y divertido contenido para todas las edades. ¡Échenle un vistazo y propóngalo para disfrutar en familia!
En esta entrega de 23 minutos Rodolphe Guenoden (director) y Paul McEvoy (guionista) nos cuentan la historia de cómo se conocieron los 5 furiosos diez años antes de la historia que conocimos con la primera película de la saga. Tigresa, la primera que llegó al templo a ser entrenada por el maestro Shifu, vivía muy preocupada por lo poco que había avanzado en su entrenamiento según los constantes regaños de su padre adoptivo: “Piernas separadas, postura más baja, defiende tu terreno, ¡firme!, ¡fuerte!, sube la cara. Este es el camino del Kung Fu”, le dice muy estricto el panda rojo a la felina. Ella, alertada por su natural oído agudo y prodigiosa vista, e impulsada por la emoción del entrenamiento, se deja llevar, salta y rompe con precisión un montón de hojas que vuelan sobre ellos. Quiere que él se sienta orgulloso, como lo dice el maestro Oogway, quien los observa desde lejos. Sin embargo, Shifu le grita a Tigresa: “¿Qué estás haciendo? Esa no es la forma correcta, ¡eso no es control! ¡Y párate en dos patas!”, por lo que Tigresa pide perdón.
La educación y la crianza deberían pensarse desde la conciencia de la diferencia: “Cada quien hace su propio recorrido de vida en su camino por el ciclo del desarrollo de acuerdo con sus características, las particularidades que ha tenido su proceso de cuidado, sus interacciones con pares y adultos, las oportunidades que le han ofrecido sus entornos y contextos y sus aprendizajes”, (Comisión Intersectorial para la Atención Integral de la Primera Infancia, 2013: 104).
¿Lo ven? Una tigresa se disculpa por haberse parado en dos patas y no en cuatro, como lo indica el maestro al cual admira y no como lo indica su sentir, lo real de su ser. ¿No es esto lo que sucede a nuestros niños cuando se les exige escribir “con la mano correcta”, agarrar el lápiz de determinada manera, pintar solo del color real de las cosas, escuchar solo determinada música, y en general pensar como piensan sus maestros?
– “Una bellota solo puede convertirse en un poderoso roble, no en un cerezo. Debes dejarla convertirse en lo que tiene que ser”, le dice la tortuga a Shifu.
En un interesante planteamiento sobre la ausencia de casualidades, la fuerza del poder interior y los designios del universo, este cortometraje nos muestra enrevesadas historias que terminan por cobrar sentido. De repente todo se complica: un guerrero malvado y poderoso amenaza y mientras tanto Shifu cae enfermo en el templo. Pese a su poca confianza en Tigresa no tiene más opción que encomendarle la tarea de ir a buscar a cuatro guerreros en una aldea cercana para que peleen en su lugar. Shifu escribe sus nombres en un pergamino enrollado que le entrega y ella lleva con mucha emoción, pero producto de un accidente tropieza y lo pierde. Lo encuentra pronto, pero el que lleva en realidad contiene una lista que acababa de hacer Po, el panda, a quien aún no conocía, de profesiones a las que él, también en un conflicto sobre las actividades que no podía realizar, exploraba para cambiar su rumbo.
Así nacieron cinco nuevos estilos de Kung Fu. ¿Para qué ser todos idénticos, si nos podemos complementar?
Es así como llega Tigresa hasta El conserje (Grulla), El comediante (Mono), La bailarina (víbora) y El médico (Mantis), y feliz por cumplir la misión antes del amanecer los lleva a Shifu. El maestro, por supuesto, ataca la incapacidad de Tigresa, se enoja, se preocupa, y pide a todos marcharse. El Jabalí ya ha llegado y el peligro amenaza. Shifu ordena evacuar la ciudad y entra al Palacio de Jade. Tigresa decide enfrentar sola al Jabalí y los cuatro, que se habían quedado cerca, regresan para apoyarla. Sus ganas de ayudar y sus increíbles habilidades terminan combinándose en un inesperado éxito. ¡Salvan a la ciudad!
Y es aquí donde nacen cinco nuevos estilos de Kung Fu que el grupo se propone perfeccionar. ¿Para qué ser todos idénticos, si nos podemos complementar? La igualdad es precisamente reconocer en nuestras diferencias la posibilidad de vivir en comunidad, el respeto del otro y la consideración de los derechos como una condición universal.
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