Los vínculos afectivos son fundamentales para el desarrollo integral de los niños y una de las bases para el desarrollo de su personalidad. Estos lazos afectivos son proporcionados en muchos casos por los padres, pero también pueden ser entregados por otros miembros de la familia, los cuidadores y los agentes educativos. En mayo se celebra tanto el día de la madre como el día del maestro, dos de las figuras más importantes para la infancia, que pueden estar representadas en distintas personas para los niños. Si bien la persona clave para los niños apoya sus necesidades físicas al alimentarlo, cambiar sus pañales, ayudarlo a asearse y vestirse, la invitación es a fortalecer la madre y el maestro que llevamos todos dentro a la hora de relacionarnos con los más pequeños.
El trato con calidez y la disposición hacia los niños desde que están en el vientre materno, así como el rol fundamental de todos los que ejercemos como cuidadores ya seamos padres, hermanos, abuelos, tíos, maestros, médicos, o creadores de contenidos, es a mediar y acompañar a los niños en su experiencia vital.
Los adultos debemos fortalecer nuestras habilidades para construir relaciones, mediaciones e interacciones cotidianas con los niños centradas en el afecto, el respeto, el cuidado, la escucha. Aprender a interpretar y dar importancia a sus expresiones, gustos e intereses, así como a conversar con ellos y tenerlos en cuenta. Debemos ser capaces de responder con sensibilidad a los sentimientos y comportamientos de los niños y a satisfacer sus necesidades emocionales dándoles tranquilidad, buscando su bienestar a partir de la individualidad de cada uno.
Cuando los niños cuentan con personas que les ofrecen vínculos afectivos fuertes, se sienten dispuestos y felices y tienen más confianza para explorar. Así mismo, cuando los niños se sienten seguros, están más inclinados a ser más independientes, están seguros de expresar sus ideas y sentimientos y sentirse bien consigo mismos. Los lazos afectivos influyen en el desarrollo inmediato de un niño y en sus relaciones futuras y como resultado se convierten en personas más capaces de sortear distintas situaciones con mayores posibilidades.
Los adultos tendríamos que relacionarnos de la misma manera asertiva y respetuosa, no solo para ser buenos ejemplos para nuestros niños, sino para conectarnos con nosotros mismos y con los demás y fortalecer los lazos que nos generan seguridad, bienestar y que nos permiten expresar libremente nuestra identidad.
Para Maguaré y MaguaRED los vínculos afectivos son uno de los pilares tanto para desarrollar estrategias y contenidos que involucren los lenguajes expresivos, como para proponer el tipo de mediación de los padres, familias y cuidadores de los niños en el entorno digital, acompañamiento que debe ser incluso más atento al que se les da en “la vida real”.
Interesante labor para difundir.
Me interesa mucho los aportes de MaguaRed. Mil gracias
¡Excelentes aporte, muchas gracias, abrazos!