Let’s play –Vamos a jugar-, es el título del proyecto diseñado por la Corporación Cultural Cantoalegre que obtuvo el Japan Prize 2017 en la categoría de desarrollo de productos de televisión. Una propuesta colombiana que superó a 66 ideas de todo el mundo inscritas en un exigente proceso de selección en esta edición de uno de los premios a la comunicación educativa más prestigiosos del mundo.
“La propuesta es una serie que rescata juegos rítmicos tradicionales de distintas regiones de Colombia y Latinoamérica. Cada capítulo trae un juego rítmico grupal, nos cuenta de dónde viene, conocemos algo de la región donde lo encontramos y luego vemos a los niños jugándolo en estudio con una estética muy innovadora. La serie mezcla documental en las regiones y puesta en escena en estudio con niños que tienen formación musical”, explica desde Tokio Lulú Vieira, la productora creativa del proyecto.
12 expertos de todo el mundo (Marruecos, Tailandia, Inglaterra, Argentina, Francia, entre otros), juzgaron las presentaciones de solo 5 proyectos que llegaron a la etapa final de selección para exponer sus proyectos frente al jurado en una sesión abierta al público, después de haberse ganado el derecho a ser entrenados para hacerlo. Cantoalegre compitió en esta etapa final con proyectos de Bhutan, Myanmar, Zimbabwe y Bangladesh.
“Lo más difícil fueron los días previos al pitch (presentación al jurado), porque tuvimos un entrenamiento por parte de un japonés experto en este tipo de sesiones que acompañó el proceso. Fue muy exigente y detallista, lo que hizo que pudiéramos mejorar mucho la presentación. Durante el pitch nos sentimos muy bien y los jurados fueron muy respetuosos y acertados con las preguntas que hicieron”.
Corrían los años ochenta, en Medellín, cuando un grupo de profesores de música unió sus talentos e ideas para brindarle a los niños un nuevo estilo de canciones infantiles y así nació El gallo pinto, su primer trabajo discográfico, publicado en 1984. Desde entonces, la idea inicial de acompañar a los niños a crecer felices ha sido el norte de una corporación cultural que nunca ha dejado de hacer música y enseñarla, que es una de las agrupaciones infantiles más queridas por los antioqueños y que produce diversos contenidos y proyectos de calidad para la infancia, bajo la dirección de Tita Maya.
Let’s play -Vamos a jugar-, es una idea que han tenido desde siempre. “Por muchos años en Cantoalegre nos hemos acercado a las comunidades, hemos trabajado formando maestros por todo el país, recopilado material de canciones y juegos que ocupan un lugar importante en nuestro repertorio de trabajo. Hace unos años hicimos una producción musical llamada Un, dos, tres, por mí y por todos, en la que recogimos canciones de distintas regiones de Colombia que estaban en extinción, y con este proyecto queremos hacer algo similar pero en un formato audiovisual donde los niños son los protagonistas”.
Se trata de un proyecto que aporta a la conservación de la tradición oral de Colombia y de América Latina, que le devuelve a los niños los juegos rítmicos y grupales que acompañan su desarrollo integral y, de paso, incluye valores imprescindibles para vivir en sociedad, como el trabajo en equipo, la cooperación, la paciencia y el establecimiento de límites.
“Recibimos el premio que otorga UNESCO y consiste en un monto en dinero y acompañamiento en asesoría de expertos para iniciar la producción de la serie. La idea es iniciar con tres capítulos y tocar nuevas puertas de fundaciones o entidades gubernamentales que quieran creer en el proyecto y podamos producir más episodios”, concluye Lulú Vieira, un poco antes de irse, satisfecha, a dormir después de obtener un merecido premio al trabajo constante que ella, Tita Maya y sus coequiperos han llevado a cabo por más de 30 años, siempre pensando en los niños del mundo.
Los invitamos a disfrutar de Lolalá, una serie creada por Cantoalegre, disponible para todos en Maguaré y a esperar con las mismas ansias que lo haremos nosotros el momento en que la serie Let’s Play -Vamos a jugar-, sea una realidad para nuestros niños.