Escrito por: Nibeth Adriana Duarte Camacho

Diego es de esas personas que te sorprenden con su voz. Pero, no porque sea el cantante del gol o tenga voz de Mariachi. La voz de Diego es especial. Desde muy niño se acercaba a su libro favorito que era su madre y quien le contaba las mejores historias, también leía los boleros o tangos en la radio que por ese entonces se escuchaba en Medellín Antioquia y desde niño se dio cuenta de que mientras unos querían ser cantantes o astronautas, él se iba a convertir en lector.

Así que su voz fue tomando forma de palabra, luego de acción, paisaje y narración. Por eso, es que si escuchas a Diego te vas a sentir abrazado, acogido, inquieto o asombrado. “Te leo en voz alta” como encuentras a Diego en redes sociales nace hace aproximadamente 10 años.

Diego Alejandro Ruíz es promotor de lectura y licenciado en humanidades lengua castellana y diplomado en literatura infantil de la Universidad de Antioquia. Diego lee en voz alta, a domicilio, por teléfono y construye poemarios que van desde el desamor hasta poesía de gatos. Ha sido docente de diversos espacios formativos alrededor de la literatura infantil, ha apoyado la formación de mediadores de lectura en distintos temas como diversidad sexual, de género y masculinidades corresponsables y este conocimiento lo ha llevado a bibliotecas públicas de la ciudad y hoy en día a nuestros encuentros de formación en atención integral a la primera infancia, Leo, leo, ¿Qué lees? De infancias, amores y saberes de la Dirección de Poblaciones del Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional que convoca a bibliotecarias, bibliotecarios, promotores de lectura de distintos lugares del país quienes se han sentido inspirados con su voz, su poesía, sus libros y la ternura que no puede disimular.

En la pandemia de 2019, y como a muchos, le llegó el mal de amor. La tusa. Ese fantasma que a veces habita corazones y los achicopala. Así, que con la nostalgia de esos días se refugió solo como él puede en sus libros y extrajo los más bellos poemas de desamor. Como si fuera un juego del destino le dio posada a Josefina Claco, una ilustradora argentina que juega con los libros y los atesora como objetos. Josefina le hizo un regalo de “origaminauta” Gabi Orso, ambas le transmitieron el saber de los poemarios de bolsillo. Un artilugio que comienza con un papel y que luego de mil dobleces se convierte en libro. 

Desde ese entonces hasta ahora lleva más de 1000 poemarios que empezó a construir con su familia en las noches de telenovelas y que ya han recorrido el mundo.