¡Ahora sí! De Cero a Siempre

Constanza Alarcón Párraga
Directora Ejecutiva Fundación Alpina

Carolina Turriago Borrero
Experta en primera infancia

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La Política De Cero a siempre no es solo la enunciación de un deseo, sino que define puntualmente los mecanismos institucionales, técnicos y financieros para que la atención integral con calidad sea una realidad.

La Política De Cero a Siempre, aprobada por el Congreso de la República, conlleva retos y compromisos para garantizar el cumplimiento efectivo de los derechos de los niños menores de seis años. Retos y compromisos que le corresponden, tanto al Estado, como a las familias y la sociedad civil.

Esta Política tiene una gran fortaleza, y es que, como se dice coloquialmente, “tiene dientes”, pues no es solo la enunciación de un deseo, sino que define puntualmente los mecanismos institucionales, técnicos y financieros para que la atención integral con calidad sea una realidad.

A partir de una fundamentación técnica construida participativamente durante seis años, De Cero a Siempre configuró la estructura institucional para gestionar la atención integral; identificó las funciones de cada sector en relación con la Política; orientó la manera de articular la gestión entre los sectores y niveles de gobierno; formuló las comprensiones y lineamientos técnicos de la atención integral, de la educación inicial y de las realizaciones, como aquello que debe alcanzarse en la vida de cada niño y cada niña para afirmar que su desarrollo integral está garantizado. Todo ello está formalizado ahora por la Ley, que además, cuenta con un respaldo muy importante: un presupuesto que no puede disminuir frente al del año anterior.

Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de calidad en la atención integral a la primera infancia? Mencionaremos algunos aspectos que hacen parte de ese cometido, y que de alguna manera nos involucran a todos:

El primero, relacionado con los servicios directos a las mujeres gestantes, a los niños y a las niñas, implica que cada uno debe recibir un conjunto de atenciones entre las que se cuentan: su identificación como ciudadano, sus requerimientos nutricionales, su acceso a la salud, a la literatura y a la cultura, a una educación inicial brindada por maestras capacitadas y en espacios físicos seguros, y a la participación de sus familias en procesos de formación en cuidado y la crianza.

El segundo aspecto es la pertinencia, que se expresa en que esas atenciones sean consecuentes con las características, condiciones o situaciones particulares de los individuos, sus familias y contextos. Por ejemplo, la atención debe ser diferencial de acuerdo con el momento de la vida por el que atraviesan los niños, pues no es igual atender a un bebé de días que a una niña de 4 años; debe ser particular para que sea acorde a la cultura y la pertenencia étnica de la comunidad a la que pertenece; lo debe ser también para que un niño con discapacidad tenga acceso a todo aquello que requiere para desarrollar al máximo su potencial, o para que aquellos que han sido afectados por el conflicto armado o la violencia intrafamiliar reciban el apoyo necesario para superar esa situación. Un sinnúmero de matices en los que se conjugan los individuos, las familias, la comunidad, el contexto social, económico y ambiental, exigen que la calidad sea sinónimo de pertinencia de la atención a cada niño, niña y familia, en un escenario de reconocimiento y respeto de la diversidad.

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La calidad de los servicios pasa de manera directa por la interacción con el personal de salud, los agentes educativos, culturales, recreativos y de bienestar, y por su capacidad de generar vínculos positivos.

Una tercera condición ineludible para el logro de la calidad, es la formación de los equipos técnicos de cada sector y a las personas encargadas de brindar la atención directa a las mujeres gestantes, los niños y las niñas. Es el caso del personal de salud, de los agentes educativos, culturales, recreativos y de bienestar, cualquiera que sea su nivel educativo o su rol. La calidad de los servicios pasa de manera directa por la interacción con estas personas y por su capacidad de generar vínculos positivos. Por ello es primordial contar con formación estandarizada y acompañamiento permanente para que cada día su labor sea haga de la mejor manera.

Como cuarta condición, es primordial brindar formación y acompañamiento técnico a los equipos de las administraciones municipales y departamentales encargados de gestionar la Política en escenarios de articulación local. Son actores clave que promueven, que en cada entidad territorial, se ajusten progresivamente los servicios y se implementen los estándares de calidad que exige la Política. Ellos, con el apoyo del Sistema Nacional de Bienestar Familiar, son los llamados a que la articulación entre entidades del Estado, empresa privada y otras expresiones de la sociedad civil, canalicen sus esfuerzos a través de Rutas Integrales de Atención que respondan a las particularidades de sus territorios.

Como quinto punto para avanzar en la calidad se debe mencionar la labor de seguimiento a la garantía de los derechos en la primera infancia por parte del Estado y la sociedad en general. En este caso, el Sistema de Seguimiento Niño a Niño como sistema unificado que armoniza los sistemas sectoriales, requiere ser implementado en lo local. Esta es una herramienta poderosa para identificar de manera oportuna y a través de información de calidad, las atenciones que cada niño recibe o deja de recibir, así como el estado global de realización de los derechos de la población en primera infancia. Su funcionamiento pleno le permitirá emprender acciones efectivas para la garantía de derechos.

Estos cinco aspectos en conjunto tienen una implicación que podemos resumir como la posibilidad de que los niños, las niñas y sus familias realicen sus derechos y se desarrollen integralmente, pero ¿cómo se expresa la atención integral con calidad en la práctica?

Básicamente exige a las diferentes entidades del Estado del orden nacional y territorial especializar sus recursos, servicios y formas de articulación para aportar a las realizaciones, partiendo del reconocimiento del niño como sujeto activo de su cultura, con capacidad de generarla, apropiarla y resignificarla.

Tales recursos, servicios y formas de articulación se enlazan en la atención integral, en la que se encuentran, en torno a un sujeto particular, el cuidado, la educación inicial, la salud, la nutrición, la participación, y por supuesto la cultura.

Para ilustrar la atención integral, viene al caso resaltar la labor del Ministerio de Cultura que ha producido contenidos y colecciones especializadas de literatura, música y otras expresiones artísticas, y las ha difundido ampliamente a través de materiales impresos, grabaciones y portales interactivos para niños, niñas, familias y cuidadores como Maguaré y MaguaRED. Estas producciones parten de la capacidad de los niños para aportar a las realidades culturales que los rodean, de apropiarse de ellas y de nutrirse del saber cultural de múltiples colectivos y tienen un espacio preponderante, por ejemplo, en la educación inicial, en la atención en salud, así como en el cuidado y la crianza.

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Para ilustrar la atención integral, viene al caso resaltar la labor del Ministerio de Cultura que ha producido contenidos y colecciones especializadas de literatura, música y otras expresiones artísticas, y las ha difundido ampliamente a través de materiales impresos, grabaciones y portales interactivos para niños, niñas, familias y cuidadores.

Las producciones tienen los colores, sabores y olores de nuestras culturas y paisajes, lo que ha abre un rico universo para la construcción de la identidad en un marco de diversidad. Así mismo, nutren los espacios culturales, el entorno educativo, la infraestructura pública, las salas de lectura en hospitales, los hogares, el paseo al río y el cuento de la abuela.

Hoy la evidencia ha mostrado una relación entre el acceso a la literatura en las familias y la disminución del maltrato intrafamiliar, que es un hallazgo esperanzador y poderoso para nuestra sociedad. Este ejemplo, que puede ser trasladado a la labor de otros sectores, ilustra la complejidad de la atención integral y su sentido en función del desarrollo integral.

Para finalizar, y sin desconocer que tenemos múltiples retos para lograr los ambiciosos derroteros de esta Política, traemos un punto final que atañe tanto a la calidad, como al cometido de contribuir a la equidad de oportunidades para el desarrollo en Colombia: está relacionado, por una parte, con la financiación estable y progresiva, pero también con los estándares de una atención integral. Hace unos años, la inversión por niño ascendía a $700.000 al año; hoy en día, para un poco más de un millón de niños que reciben atención integral, la inversión es de $2.700.000. El reto es que se mantenga y avance gradualmente hasta cubrir al menos, los 2,5 millones de niños que se encuentran en condiciones de pobreza y miseria. No obstante, en lo que a estándares de calidad se refiere, la acción de la política debe cobijar a los más de 5 millones de niños y niñas que habitan nuestro país. Estar por fuera del círculo de la pobreza no garantiza que los niños y las niñas, por ejemplo, tengan vínculos seguros, tengan acceso a los bienes culturales, estén recibiendo el cuidado apropiado o la educación inicial que promuevan efectivamente su desarrollo integral. Todos y cada uno tienen derecho a una atención integral con calidad, sea pública o privada.

Este cometido no le corresponde solamente al Estado, por lo que para cerrar este artículo hacemos un llamado a que continuemos fortaleciendo el camino de articulación con la empresa privada, con la cooperación internacional, con la academia y con todos aquellos que se quieran sumar, para que lo que se ha logrado hasta ahora en materia de gestión del conocimiento, cobertura y calidad, siga un curso ascendente que permita garantizar el desarrollo integral de todos los niños y niñas en primera infancia en Colombia.

Con el respaldo de la Ley, la voluntad del Poder Ejecutivo y la participación activa de la sociedad civil, podemos decir: ¡Ahora sí! De Cero a Siempre.

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1 Comentario

  1. Saludos Constanza. Es grato encontrarte nuevamente a través de tu opinión frente a este paso que ya se encuentra respaldado por la ley y al cual hemos aportado de alguna manera.

    A favor contamos con toda la fuerza que llevan las líneas que apoyan a esta política pública, donde se ha demostrado que espacios como las salas de lectura han cumplido con la mejora en el acceso a la cultura y la literatura. Todos estos aportes benefician no sólo a la Primera Infancia, si no a una sociedad que necesita apoyarse más que beneficios mediante gestión, sacando adelante los aportes que se encuentran en marcha mediante este Programa en todo el territorio nacional.

    Sebastián Franco Llanos
    Ex Coordinador de las 31 Salas de Lectura «Totujandi» en el Valle del Cauca y Cauca.

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