La Casita de los Sueños es un proyecto que nació hace ocho años y que hoy ha cambiado positivamente la relación de muchos niños con los libros, los juegos y las historias. Una familia con sus dos hijos y su camioneta han llegado a las zonas de más difícil acceso de Caquetá. Hoy son más de 250 escuelas en 160 centros poblados los que se han visto beneficiados.
«13 de noviembre de 2012, Escuela Camuya. Son las 6:00 am. Estoy acompañada de mis alumnos que permanecen en un albergue durante toda la semana. Ellos no pueden volver a sus casas todos los días ya que sus casas están ubicadas a más de dos horas de camino. Estamos esperando a La Casita de los Sueños”. Así comienza una carta de Beatriz Caballero Suárez, una de las maestras que conoció, junto a sus alumnos, La Casita de los Sueños.
La Casita pasa trochas, llega y se parquea. La Casita es la parte trasera de una camioneta Chevrolet, modelo 1986. A sus lados tiene puertas de madera, como si se tratara de una casa de muñecas. La Casita se abre por un costado para sorprender a todos los niños y familias. Dentro de ella hay libros, juegos y voces. Son las voces de Luz Stella Salazar y Humberto Aníbal Patiño, quienes tuvieron este sueño hace doce años y hoy se han convertido en uno de los promotores de lectura más importantes de Caquetá.
El carro llegó a la vida de Luz Stella y Humberto en 2010, como regalo del padre de Luz Stella quien murió un mes después de entregarlo. En 2005 conocieron a la hermana Reina Amparo Restrepo, quien en 1997 presentó un proyecto a 70 maestros para desarmar a los niños de juguetes bélicos en San Vicente del Caguán, así empezó el Círculo de Lectura Infantil y Juvenil, proyecto que fue promovido por la emisora local y en el 2007 recibe el Premio Nacional de Paz.
En 2008 Luz Stella fue llamada a trabajar como promotora de lectura con Colsubsidio en Florencia, Cartagena de Chairá y San Vicente del Caguán trabajó en el programa “Fiesta de la lectura” como coordinadora de Caquetá y en 2009 como coordinadora regional de Caquetá y Putumayo.
En ese entonces la formación de lectura llegaba a hogares comunitarios con la “Colección semilla”.
Círcreadí
Así, Luz Stella empezó a recorrer su departamento y a darse cuenta de las necesidades de los niños y las niñas que iban más allá de un acercamiento a la lectura y que tenía que ver con el derecho al juego. Por esto, le dijo a Humberto que construyeran juegos de madera con los retazos que sobraban en la ebanistería. En 2007 nació Círcreadi: Círculo De Creaciones Didácticas.
Humberto tuvo una idea loca. Consistía en construir una Casita para sus juegos con la madera que le sobraba. Empezó a diseñar esta casa en todas las horas libres y reuniones y un día fueron al Vicariato por hoy Diócesis donde hablaron con el Obispo y a través de una fundación se aprobó la propuesta de La Casita de los Sueños sino que les pidió 50 colecciones de juegos para empezar a repartir en las escuelas.
El 8 de agosto de 2011 se inauguró esta casa que se convirtió en biblioteca y ludoteca, y en 2013 se convirtió en fundación.
La Casita además de promoción de lectura quiere llevar conciencia ambiental. San Vicente del Caguán ocupa el primer puesto en deforestación del país y por eso que han querido alzar esta bandera ambiental con el fin de generar reflexión sobre la protección animal, el uso del agua y el cuidado del medio ambiente.
“La casita tiene su televisor, nos gusta mucho Maguaré, ponemos los cuentos, karaokes y todo eso le fascina a los niños. Es una herramienta muy buena para trabajar con primera infancia, con los maestros es excelente y en los círculos de lectura heredados del trabajo de la hermana Reina Amparo Restrepo, también hemos usado los contenidos”. Cuenta Luz Stella
El secreto de la lectura con los niños
Cuando llega La Casita, y como si fuera un transformer o un modelo convertible, se despliega y muestra las colecciones y los recursos para los niños. Los cojines invaden el suelo y se convierte en un centro de interés donde todos llegan a coger los libros.
Por lo general llegan a las escuelas más apartadas en horario de clase, los niños y las niñas pasan por grupos con sus maestros y a la hora de descanso queda abierta para su consulta. Las actividades, sin embargo, no son exclusivamente en horario escolar. La Casita permanece abierta muchas horas más y los niños, con la curiosidad y la emoción, se acercan con sus familias para que puedan disfrutar de la casa maravilla. Incluso han realizado canelazos literarios donde familias y niños empiezan a declamar poesía, cantos o arrullos; los que por obligación o gusto aprendieron o esas frases o dichos que se quedaron en su memoria desde niños.
“Cuando trabajaba en La Fiesta de la Lectura conocí a una niña. Los niños de estos centros poblados son muy tímidos, ella no se acercaba, me pasaba libros para que le leyera y luego le dije: ‘lee tú’, ella me dijo que no sabía leer y la motivé a hacerlo. Ella sabía. Así que empezó a leer la imagen y los otros niños y niñas la miraban, nadie entendía de donde leía o sacaba todas esas historias. El año pasado volví al centro poblado y esta niña, hoy con 15 años, no solo se acuerda de este momento sino que se convirtió en promotora de lectura”. Cuenta Luz Stella.
Como esta historia es la de Camilo. San Vicente del Caguán es reconocido por haber sido la zona de distensión en 1998 donde se llevó un proceso de paz que no llegó a ningún acuerdo. En 2012, La Casita de los Sueños visitó un centro poblado donde conocieron a Camilo, quien no solo era un gran lector, sino quien además buscaba generar conversaciones en torno a los libros que había leído. Regresan en el año 2018 con el proyecto El Caguán vive la paz a través de las letras.Eso llevó a Luz Stella y Humberto a invitarlo al evento Fiesta de la Lectura.
“Le dijimos a la mamá y ella dijo que él solo no podía ir, entonces los invitamos a ella y a su hermanita”.
En este evento, y ya pasadas varias horas, se reunieron los invitados de Milán, San Vicente de Caguán y otros centros poblados y se encontraron hablando sobre una realidad que los había tocado a todos. La guerra.
—Empezó a hablar nuestra invitada de Milán, que es un pueblo agujereado, en el que todavía se distinguen las balas, las casas y cuadras quemadas y empezó a hablar mal de la guerrilla mientras los de Balsillas, del lado contrario, empezaron a contar cómo el ejército había matado a una profesora de un colegio y a toda una familia—Contó Humberto
—Luz Stella continúo.— En ese momento la mamá de Camilo, de un centro poblado de San Vicente se levantó y nos señaló y dijo:
—ellos no saben pero soy ex combatiente de las FARC. Yo una vez llegue del campamento a ver a mis hijos y ellos no estaban. En ese momento llegó un carro todo embarrado, los niños estaban felices detrás del carro. Era la Casita de los sueños—Contó Luz Stella Recordando lo que la mamá de Camilo había dicho.
—Ese día queríamos secuestrar la Casita dijo Camilo. quien todavía tiene ese primer libro que le regalaron en la vida hace seis años—complementó Humberto
Hoy son los promotores y gestores de talleres, círculos de lectura, centros literarios y una emisora. Han sido apoyados por el Ministerio de Cultura en los programas de concertación Fantasía sobre ruedas con La Casita de los Sueños: la lectura, la escritura y el juego como estrategia constructora de paz, El Caguán vive la paz a través de las letras, y Fiesta de la Lectura. Esta semilla ha permitido el primer encuentro de bibliotecarios departamental en San Vicente del Caguán y el foro: el poder de la palabra para construir paz, locuras para un departamento en el que la cultura y la palabra no es una prioridad pero que está cambiando de perspectiva al ver lo lejos que puede llegar una familia queriendo llevar y acercar los sueños…
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