Claudia Ávila y su universo diverso

Claudia Ávila es docente de la Facultad de Educación, de la Corporación Universitaria Minuto de Dios. Tiene una licenciatura en Informática, una especialización en Educación y tecnología, y dos maestrías: una en Dirección Estratégica, de la universidad León de España, otra en Neuropsicología y Educación, de la Universidad Internacional de la Rioja, también en España. A ella le apasiona la educación, sin embargo, su mayor pasión es ser madre de Emmanuel, de diez años, y de Santiago, de cuatro años, quienes nacieron con capacidades distintas y en la crianza Claudia les ha transmitido la importancia de entender la vida desde la diversidad.

Claudia empezó a trabajar como docente en 1997, en colegios católicos. En uno de esos colegios, recuerda Claudia, dictaba la asignatura de informática a los niños de preescolar, primaria y bachillerato. Un día estaba en clase con los niños de segundo y uno de los estudiantes, Santiago, empezó a actuar de forma “extraña”: movía las manos, no se quería sentar, estaba inquieto. Esto le llamó la atención a Claudia y le comentó a la directora de grupo lo que había pasado; ella le respondió que lo sentía, que había olvidado darle la pastilla a Santiago.

A mí me tocó mucho eso, me pareció tenaz que en una Institución educativa de “renombre” un maestro dijera eso con tanta normalidad. Me estaba diciendo que ese niño tenía que estar dopado para poder estar ahí, quieto. Como maestra no podía comprender cómo se podía enseñar así y decidí retirarme confiesa Claudia.

La diversidad en la primera infancia

Con diez años, Emmanuel tiene frente a su cama la frase: “Soy diferente y siendo diferente hago que los demás se sientan diferentes”. Cuando nació, en 2008, fue la alegría de la familia; Claudia y su esposo estaban felices e incluso ella decidió renunciar a uno de sus trabajos para poder dedicarle más tiempo a su hijo.

Cuando Emmanuel tenía cuatro años empezó mover las manos con más intensidad que los otros niños, se escondía cuando escuchaba ruidos, gritaba y no confiaba en él, no sentía que fuera capaz de hacer las cosas por sí mismo, y tenía algunos problemas de motricidad y de cognición: se demoraba en entender las cosas y había que explicarle todo con mucha paciencia. A raíz de esto Claudia empezó a consultar en internet, a participar en redes de familia y a documentarse sobre lo que le podía estar sucediendo a su hijo que al poco tiempo fue diagnosticado con autismo. Ella no se quedó con esta respuesta y comenzó a buscar y leer toda la información sobre esta condición. Con los años, y a partir de sus investigaciones, comprendió que Emmanuel no tenía autismo sino un problema de integración sensorial, que quiere decir que la información no llega al cerebro de la misma forma que a los demás. Emmanuel no mide su fuerza, no siente el calor, el frío o que un abrazo pueda llegar a ser muy fuerte.

“Mientras Emmanuel ve televisión le gusta repetir los diálogos, tiene la capacidad de ir a cine y con ver una película una sola vez puede repetir la mitad de los diálogos completos… Sin embargo,  pese a que tiene buena memoria para todo esto, su proceso de aprendizaje en la escuela es complejo”, cuenta Claudia.

Con la intención de entender más a su hijo Claudia decidió realizar una maestría en Neuropsicología y Educación, en la Universidad Internacional de la Rioja de España:

Sentía que le había fallado a muchos niños que estuvieron conmigo en el colegio y a los que no supe cómo acercarme… No era mala profesora, pero no tenía el suficiente conocimiento para reconocer que los niños tienen situaciones y capacidades distintas. Con Emmanuel me volví una profe más de corazón, de estar ahí agachada con los niños, de acompañarlos en su proceso de aprendizaje, de quedarme ahí, tomarlos de la mano y ser mucho más pacientecuenta Claudia.

Cuando terminó su maestría estaba embarazada de su segundo hijo, Santiago, y su nacimiento también traería grandes lecciones. A los 22 meses Santiago dejó de hablar, su mirada se perdía mientras le hablaban o lo llamaban, no tenía control de esfínteres, dormía tres horas diarias, gritaba y se reía todo el tiempo como si alguien le hiciese cosquillas, y lloraba igual de fuerte.

Ante eso, Claudia asoció su condición con autismo y en casa empezaron a actuar rápidamente: contactaron a una fonoaudióloga para entender cómo comunicarse con Santiago de la mejor forma.

“El hecho de ser madre me cambió del cielo a la tierra. Tener niños en condición de diversidad te hace cambiar. Si veo un niño gritar ya no pienso como ‘qué niño tan grosero’, sino que entiendo que le puede estar pasando algo”, dice Claudia.

Ella aprovecha cada hora que comparte con sus hijos desde la posibilidad de aprender de ellos y de enseñarles:

“Si naces como un niño en una condición de diversidad e inclusión el proceso de crianza e incluso la relación con la familia va ser muy diferente. Las palabras, la comprensión y el estima hacia el otro tienen otro peso”, afirma Claudia.

Maguaré y la tecnología en condiciones de diversidad

A Emmanuel le encantaba ver televisión; su programa favorito era Camusi Camusi. Claudia lo acompañaba mientras veía a Sol y a Remi (protagonistas de la serie) y comprendió, después de un tiempo, que allí había muchas posibilidades para compartir con su hijo. Buscando en internet una forma de ver más capítulos de Camusi Camusi descubrió la Estrategia Digital de Cultura y Primera Infancia, Maguaré y Maguared, y con Emmanuel empezó a participar en todas las actividades digitales de MaguaRED y a animar a más personas a conocer esta plataforma.

Cuando Santiago tenía 2 años estaba a cargo de una clase de aprendizaje relacionada con procesos de investigación en las licenciaturas que llevaban los estudiantes en la Corporación Universitaria Minutos de Dios. Desde ese espacio comenzó a buscar información de los portales del Ministerio de Educación y del Ministerio de Cultura, y con esta revisión, algunas estudiantes comprendieron qué tipo de portales eran útiles en el aprendizaje con los niños y empezaron a incluir los contenidos de estos portales, en todos los énfasis, para la educación de los niños. Con este grupo realizaron un planteamiento para incluir el uso de Maguaré y MaguaRED en las propuestas curriculares de las instituciones educativas. La reflexión sobre la implementación de internet y de la televisión en el proceso de aprendizaje se convirtió en un eje transversal de sus asignaturas.

Adicionalmente, Claudia empezó a inspirarse de todas las actividades digitales que se comparten en las redes de la MaguaRED para abrir espacios de discusión sobre, por ejemplo, los espacios adecuados:

Cada uno de los 27 estudiantes que tenía en ese momento tenía que buscar un espacio adecuado de un niño al que tuvieran acceso en su casa y responder si era adecuado o nocuenta Claudia.

Con #UniversoDiverso, actividad que invitaba a conocer la diversidad cultural expresada en la multiplicidad de identidades y expresiones culturales de los pueblos y comunidades en Colombia, Claudia resolvió dar un taller y hacer una charla en el jardín de Santiago, su hijo. Lo hizo con base en su experiencia personal y del cuento de Elmer el elefante:

Había una vez un rebaño de elefantes. Había elefantes jóvenes, elefantes viejos, elefantes gordos, elefantes altos y elefantes flacos. Elefantes así y asá y de cualquier otra forma, todos diferentes, pero todos felices y todos del mismo color… menos Elmer. Elmer era diferente. Elmer era de colores. Elmer era amarillo y naranja y rojo y rosa y morado y azul y verde y negro y blanco. Elmer no era color elefante…  

«A partir del cuento le empecé a hablar a los niños sobre la importancia de la diversidad, de la importancia de vernos desde la diferencia… Fue un taller que repliqué con los estudiantes de último semestre de la Uniminuto», cuenta Claudia.

En este taller fue evidente que los niños conectan más con la idea de la diversidad, mientras que los estudiantes universitarios, fueron conscientes de las carencias que como seres humanos y desde las instituciones existen con respecto a pensar en la inclusión. La idea de la actividad era escuchar las canciones de Maguaré e invitar a los niños y adultos a «abrir los oídos»: escuchar nuevos sonidos, instrumentos y dejarse llevar por el pensamiento y cosmovisión de las culturas indígenas del país; luego leían el cuento de Elver y los niños lo dibujaban pensando en sus colores.

En casa, Claudia y su esposo aprovechan el tiempo con sus hijos, usan instrumentos autóctonos como la tambora, la guitarra, maracas con semillas y lo hacen mientras escuchan  los Karaokes de Maguaré en La Ceiba. A ellos, en familia, les encanta escuchar música, tocar, bailar y pintar; ellos generan espacios para descubrir la acuarela, experimentar con crayolas, plastilina e incluso la cocina se vuelve en un lugar para compartir entre todos.

Maguaré permite pensar y reflexionar sobre los procesos de aprendizaje de una manera diferente… permite entender que es necesario que como familias nos ayudemos y dejemos de mirarnos todos como si fuéramos iguales… Es necesario que nuestros hijos vean otras cosas y que nosotros –los adultos– los invitemos a participar en escenarios distintos donde puedan leer, jugar, pintar y reconocer la música de acá o de allá, donde puedan sentir, gracias a la exploración, los sonidos, colores y texturas que existen… Por lo menos así he tratado de hacerlo con mis hijosconcluye Claudia.
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4 Comentarios

  1. Que bueno que se publiquen este tipo de experiencias que pueden ayudar a otros padres en la misma situación.

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    • Buenas tardes Claudia, muchas gracias por escribirnos. Nos alegra mucho que contenidos como la experiencia de Claudia sean inspiradores para la crianza de los niños. Si tienes alguna experiencia para compartir por favor no dudes en hacerlo. Te recomendamos seguir diariamente la página web y nuestras redes sociales para estar informada de todos los temas alrededor de la primera infancia. Día a día hay nueva información.
      ¡Que tengas un feliz día y muchas gracias por el interés!

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  2. Clau, la vida te ha regalado muchos dones y muchas capacidades, también te premio con dos vidas, que necesitaban una manita como tu, tu dedicación es admirable y ejemplificadora, gracias por tanto, y por todo lo que nos enseñas con tu ejemplo y humildad. Te quiero nuchisimo

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    • Claudia es, sin duda, una mujer inspiradora para nuestra comunidad de Maguaré-MaguaRED.
      Le recomendamos seguir diariamente la página web y nuestras redes sociales para estar informada de todos los temas alrededor de la primera infancia. Día a día hay nueva información.
      ¡Que tenga un feliz día y muchas gracias por el interés!

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