Esta producción honra la gestación y el cuidado de los niños más pequeñitos. El proceso fue una metáfora de la gestación de algo único y especial en un universo amplio, rico e infinito como ocurre con el crecimiento de un bebé en el vientre de la madre. Además, fue tan poderosa la experiencia creativa que Hitayosara concibió a León, su segundo hijo y cantar la dicha pasó de ser una producción musical muy simbólica a ser la vivencia explícita de la alegría. ¡Explora un universo sensorial que busca aperturas del lenguaje en las familias y cuidadores de los nuevos habitantes de la tierra!
Canto de la dicha nos invita a fortalecer los vínculos a través del juego, a cantar diferentes canciones y movilizar los cuerpos de los bebés. A explorar y generen contacto con la piel para propiciar sensaciones que les permitan tener mayor conocimiento sobre ellos mismos, el otro y el ambiente que los rodea.
Encuentren aquí 5 actividades para balancear, hacer juegos sonoros y amasar masitas.
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