5 libros para descubrir y explorar el espacio con los niños

 

Por Alejandra Forero, líder de las salas de lectura para primera infancia, Dirección de Artes, Ministerio de Cultura.

 

 

“Domar el espacio fue probablemente una de las tareas esenciales en mi oficio de ser niña”, Michelle Petit.

 

La vida de los niños y niñas transcurre y se desarrolla en los espacios, sus objetos, formas, estructuras y atmósferas. Por medio de las interacciones que se dan con cada uno de estos elementos los niños activan y habitan de formas simbólicas su entorno, llenándolo de identidad y sentido. Pensar el espacio implica pararse desde los territorios de la infancia y asumir el espacio como materia viva, orgánica que siempre será susceptible al cambio: asumir el entorno desde su dimensión poética, estética y configurativa nos reta a asumir otras formas de ver, de habitar, de resignificar y transformar.

A continuación se recomiendan 5 libros de literatura infantil que invitan a descubrir, explorar, leer y vivir el espacio, sus objetos y dimensiones desde otras fronteras.

Nota: todos los libros encuentran en la Red Nacional de Bibliotecas públicas del país.

 

 

La calle es libre, de Kurusa, con ilustraciones de Monika Duppert. Editorial Ekaré

 

 

La calle es libre es un cuento ilustrado que narra la historia real de una población de Caracas, en Venezuela. A través de sus imágenes y texto el lector conoce la situación de emigración y tránsito hacia la ciudad de un grupo de personas, entre ellos niños, que vienen del campo. Cuando los niños y niñas intentan apropiarse de las calles, callejones, escaleras y techos son desplazados por carros, adultos disgustados y obstáculos del ambiente. Así, pues, los niños se organizan y proponen la construcción de un parque a su gobernador y desde la biblioteca gestan esta enorme idea.

El libro tiene una propuesta visual rica en detalles cercanos a la realidad: el lector se siente involucrado en la historia de estos niños, en su realidad y en su lucha: romántica, auténtica y transgresora. El libro invita a pensarse como parte de un colectivo, de una comunidad, entorno y espacio que se puede transformar desde el hacer, el juego, el trabajo conjunto y las ideas. La calle le pertenece a los niños y es allí donde sucede la vida pública: el caminar, los encuentros y el juego.

La calle es libre no solo sirve para leer en voz alta junto a los niños, también sirve para escucharlos, para leer sus contextos, para asegurar su participación y construir con ellos, así como su autora nos invita desde el inicio y en su agradecimiento, para creer en utopías y luchar por un mundo mejor.

 

 

El otro lado, de Istvan Banyai. Editorial Fondo de Cultura Económica

 

 

¿Cuantas veces intentan ver una situación desde muchos puntos de vista? El espacio no es uno solo y aunque lo podamos ver desde una posición y perspectiva existen muchas otras formas de ver y asumir el espacio.

El otro lado es un libro que desde su portada y contraportada nos ubica en dos lados: como espectador y como protagonista. Nos invita a ver qué hay desde otro lugar, a asomarnos a la ventana y observar la calle, la gente que camina, el vecino que también observa… Pero, ¿cómo nos verán los que van caminando? A través de las páginas vemos el espacio con otros ojos: desde otra altura, posición, lugar, perspectiva.

El lenguaje visual de esta pieza es cercano al cinematográfico, por lo que su lectura es oportuna para compartir con los niños en medio de una caminata por la ciudad, mientras escudriñan por los agujeros de la pared, mientras miran qué pasa por debajo de las puertas, y mientras observan desde la ventana o desde una montaña el paisaje ¡Es una posibilidad para narrar historias que surjan del espacio, de los objetos y personajes puestos en el!

Los libros del autor proponen una aproximación y exploración del espacio que no se queda únicamente en la primera mirada sino que reta a la agudeza visual, a la contemplación y descubrimiento del espacio como materia infinita de posibilidades.

 

 

Cambios, de Anthony Browne. Editorial Fondo de Cultura Económica

 

 

Este libro álbum propone, desde su narrativa visual, un juego de resignificación e interpretación de los objetos de una casa.

La historia comienza cuando el padre dice “Todo va a cambiar” y empiezan a aparecer muebles que mutan en animales, objetos personificados y elementos ambiguos que proponen una atmósfera surrealista y llena de elementos sorpresa –característicos de Anthony Browne. Estos elementos retan la mirada, las formas de ver e interpretar el entorno y durante sus páginas surgen distintas preguntas que desembocan en un final sorprendente.

Esta pieza literaria es ideal para compartir en voz alta con los niños invitando a la observación, la transformación de los objetos, elementos y el paisaje rural o urbano.

Los objetos en el espacio son parte fundamental del espacio, por esto Cambios puede ser una gran experiencia de lectura a la hora de jugar, reimaginar el ambiente y proponer nuevos elementos en él.

 

 

El edificio, de Jairo Buitrago, con ilustraciones de Daniel Rahanal. Editorial Babel Libros

 

 

La narrativa visual de El Edificio es particularmente cercana a la novela gráfica: propone fragmentos de imágenes en viñetas desde distintas perspectivas y planos que invitan al recorrido. La historia sucede entre un relojero y un niño en un ambiente urbano, en Bogotá, precisamente, donde el paso del tiempo impregna las páginas de tonos y matices que le dan sentido gráfico.

En este libro el edificio es el protagonista y, gracias a éste, la arquitectura es un elemento a explorar desde la cotidianidad, el espacio como materia habitable y, en este caso, la ciudad, las casas, las calles, los semáforos, postes y edificios como habitáculos de la vida.

La lectura de este libro es una experiencia estética que invita a caminar con los niños y a apreciar y apropiarse del entorno. Puede ser una oportunidad para indagar en la geografía de la infancia, la arquitectura como experiencia de participación y la memoria vista desde el paisaje urbano o rural.

 

 

La cosa perdida, de Shaun Tan. Editorial Barbara Fiore Editora

 

 

La cosa perdida plantea una atmósfera futurista y se destaca por ser un libro ilustrado de gran calidad estética.

Se cuenta la historia de un chico que encuentra una cosa extraña (sin definición y particularmente perdida) en la ciudad. Es así como comienza una relación de amistad que tiene como objetivo encontrar el lugar al que pertenece esta “cosa”.

La cantidad de elementos visuales que acompañan el texto enriquecen la lectura de los niños y propone indicios, micro historias dentro del libro y estimula los interés por los detalles y las metáforas visuales que propone.

Leer La cosa Perdida es una experiencia no solo estética, sino, también, creativa, literaria y política: si bien es un libro que no tiene una sola forma de leerse, es significativo a la hora de concebir el espacio como un elemento poético, imaginado, metafórico y susceptible a interpretarse. La ilustración apaisada del lugar donde pertenece la “cosa” invita a reflexionar sobre los lugares que habitamos, su identidad y pertinencia, de tal manera que podamos reconocernos como parte de ellos.

Este libro inspiró un cortometraje ganador de un Óscar como Mejor Corto de Animación en el 2011.

 

 

 

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1 Comentario

  1. Gracias por esta página, me encantan Maguare y Maguared. Los utizo en mis talleres por los sectores rurales de Colombia

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