Por Proyecto de Comunicación Cultural y Niñez
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El Proyecto de Comunicación Cultural y Niñez (PCCN), de la Dirección de Comunicaciones del Ministerio de Cultura busca posicionar la dimensión cultural y comunicativa de los niños como una característica fundamental en su desarrollo integral. Una de las maneras de alcanzar este objetivo es a través de la creación de contenidos comunicativos que consideren a los niños y niñas como sujetos de derecho e interlocutores válidos.
Conversamos con María Isabel Escobar, quien ha enriquecido su trabajo junto al PCCN y hoy es reconocida como creadora de contenidos de series como Josefina en la Cocina Súper MegaChef, Ana Pirata y Pipo mi amigo imaginario, producciones que han participado en los festivales Prix Jeunesse International, Comkids, Fanchile, Mi primer festival, y ha recibido el premio del público infantil en Divercine (2013) y el India Catalina (2015) en la categoría Mejor música para televisión. Actualmente María Isabel trabaja en La Mar Media, su empresa productora de contenidos, y en la escuela musical Río Grande.
MaguaRED: Cuando era niña, ¿qué soñaba ser?
María Isabel Escobar: Creo que siempre soñé con ser profesora. Me gustaba mucho jugar a la escuelita, y cuando jugaba siempre enseñaba a otros niños a cantar o a leer música. También hacía presentaciones musicales a mis papás y a sus amigos con mis hermanos y vecinos. En un diciembre le pedí al Niño Dios un xilófono y un tambor. Siempre tuve esa vocación de enseñar a otros y la música siempre fue mi compañera durante la infancia.
¿Qué es lo que más le gusta hacer?, ¿tiene alguna una pasión?
Definitivamente trabajar con niños o para niños. Me encanta mi trabajo, me encanta ser profesora de música y también dirigir a otros profesores. Ahora estoy feliz con nuestro nuevo proyecto Río Grande, una aventura musical en donde la Vaca Mariposa y Gaira Música Local se unen para crear una escuela de música para niños de 6 meses a 12 años. Esto me ha traído una sonrisa permanente en el rostro. ¡Porque estar rodeada de niños definitivamente me alegra la vida! Además me fascina crear productos para niños ya sean show o series de TV, lo hago con mucho amor y mucha entrega.
Sabemos de su fascinación por la “fantasía creadora” de la pedagogía Waldorf, ¿cómo se evidencia en su trabajo como creadora?
En todos mis productos está la fantasía infantil como protagonista: Pipo mi Amigo Imaginario (coproducción de Señal Colombia, Cantoalegre, M&A, Vuelta Canela y La Mar), Ana Pirata (Areavisual y La Mar) –proyectos que fueron apoyados por las becas de desarrollo del Ministerio de Cultura– y Josefina en la cocina (Areavisual y La Mar para Señal Colombia). Me he esmerado por narrar en estas series la capacidad que tienen los niños de imaginar situaciones, personajes, historias.
Josefina imagina al Guante Parlante, los niños imaginan a Pipo y Ana Pirata imagina la aventura en altamar. Pero siempre mis personajes viven lo imaginado como una experiencia que transforma la realidad. La imaginación hace que la realidad sea más armónica y más llevadera. La imaginación transforma la vida de los personajes.
¿Cómo ha nutrido su trabajo audiovisual al hecho de ser profesora de música?
No solo el hecho de ser profesora de música ha nutrido mi trabajo audiovisual, también el hecho de comprender muy bien la música ha alimentado mis creaciones. A veces quisiera que los nuevos realizadores pudieran ver asignaturas de música en su carrera. ¡Es tan importante! La música les puede ayudar a entender el ritmo de una narración, a comprender que las palabras y las imágenes tienen musicalidad, a editar. ¡Ojalá todos los editores supieran de música! Esto es algo de lo que siempre me quejo… Porque algunos editores no pueden contar compases y eso es fundamental para narrar.
Ser profesora me ayuda también a dirigir el talento de los niños. Yo comprendo muy bien los niños en sus diferentes etapas del desarrollo y siempre parto de la base de que los niños son talentosos y pueden hacer muchas más cosas de las que los adultos creemos. Por ejemplo, yo estoy acostumbrada a hacer directos de televisión con niños, tal vez porque he hecho teatro y conciertos con niños. Sé que las experiencias en vivo hacen que los niños crezcan y se superen a ellos mismos.
En su trabajo la música es protagonista: ¿cómo funciona en la creación de contenidos de calidad dirigidos a la primera infancia?
En mi trabajo la música y la dramaturgia son una unidad. La música narra la historia. Creo que los productos para primera infancia deben tener una música de calidad porque en esta edad a los niños les encanta cantar, bailar, sentir y vivir la música.
Usted trabaja con voces de niños, ¿cómo ha sido el proceso de aprendizaje?
Crecí en Cantolaegre, que tiene una gran escuela haciendo voces de niños locutores y niños cantantes. Hice también voces de jingles cuando era niña y ahora mi sobrina y mi “astro hijo” (hijastro) crecen en un estudio de grabación haciendo voces conmigo. He aprendido mucho de mi socia Lulú Vieira y de Daniel Escobar de Estudiouno, así como de Tita Maya, la directora de Cantoalegre. Uno va descubriendo su propio estilo para dirigir pero casi todo se basa en que los niños se sientan tranquilos y alegres en el estudio, y que la sesión sea divertida para todos. Hay otros recursos como usar la imitación cuando es necesario y permitir que los niños escuchen lo que se ha grabado para ver cómo hacerlo mejor o para entender cuando lo han hecho muy bien. Es también muy importante que los niños entiendan la historia y los personajes, que sepan de qué están hablando.
¿Podría compartir algún tip para lograr que los niños se diviertan y logren esa naturalidad tan especial?
Digamos que lo primero es que el niño esté cómodo y confiado. Es también importante reforzar lo que el niño hace bien, felicitarlo y decirle palabras bonitas. Por último es fundamental crear espacios de juego entre una sesión y otra, en donde los niños puedan respirar, jugar, tomar aire, para poder continuar.
¿Cómo ha logrado la calidad musical y de sonido en sus producciones?
Invirtiendo tiempo y plata en el audio. En nuestro presupuesto el audio se lleva una gran tajada y la asignamos con gusto. Nos gusta contratar a los mejores y la verdad a ellos también les gusta trabajar con nosotros. Nosotros dividimos mucho las funciones en el trabajo del audio. En el caso de Pipo yo hago la letra (el burro por delante patea pero es para que entiendan el proceso), Lulú hace las melodías, Juan Gabriel Turbay hace la producción musical y arreglos, Daniel Escobar de Estudio Uno graba las voces con Lulú Vieira y luego hace la mezcla. Es un trabajo artesanal en donde cada uno pone lo que mejor sabe hacer. En Ana Pirata es un poquito diferente porque yo dirijo las voces, pero es bien peculiar porque el libreto se hace como si fuera una pieza musical, Juan Gabriel Turbay participa en la estructura del libreto que es básicamente una estructura musical.
Usted prioriza la investigación, ¿cómo ha sido la experiencia de consultar con los niños y con expertos durante el proceso creativo?
Esto lo aprendí en Señal Colombia y lo perfeccioné después de hacer el curso de Little Airplane Academy en Nueva York. Siempre tengo un asesor experto en la investigación que me ayuda a establecer los objetivos de la serie y a diseñar el mapa temático. Esto nos da seguridad a los escritores porque sabemos que no vamos a “meter la pata” pues detrás hay un experto que nos está guiando. Por ejemplo, en el caso de la cuarta temporada de Josefina en la cocina teníamos dos asesores: una chef y una investigadora, esto nos daba el piso para crear el contenido. Además siempre hacemos grupos focales, ya sea de los libretos o del capítulo piloto de la serie. En Ana Pirata este proceso fue muy enriquecedor, porque testeamos con mucho rigor la ilustración de Ana y el personaje se fue puliendo con la retroalimentación de los niños, quiénes fueron nuestros maestros.
¿Cómo ve el sector del audiovisual infantil en Colombia?
¡Creciendo! Vivo agradecida con Señal Colombia y el Ministerio de Cultura. Ellos han propiciado el diálogo y la producción y el sector ha crecido mucho en los últimos diez años. Creo que tenemos dos retos: internacionalizar nuestras producciones y dejar de vivir exclusivamente del Estado es el otro. Tenemos que aprender a licenciar y a coproducir nuestros productos de tal manera que el estado aporte parte del presupuesto pero no la totalidad. Ya algunos lo estamos intentando.
¿Qué le diría a los realizadores de contenidos para niños que vienen en camino?
Busquen la balanza entre la creatividad y el rigor. Que se arriesguen por el entretenimiento por encima de la educación: traten de contar historias que diviertan a los niños y que los hagan reflexionar pero que no los aburran con “cantaleta” ni moralejas. ¡Ah! Y que estudien música…. Si no lo pueden hacer que busquen a alguien en el equipo que comprenda la música.