“La joven maestra y la gran serpiente” (2019) es el más reciente libro de Irene Vasco, quien se ha reunido de nuevo, después de “Letras al carbón”, con el ilustrador mexicano Juan Palomino. Juntos le han dado vida a esta historia, homenaje a las maestras que se desplazan a lo largo y ancho del país no solo para dar sus clases sino, en este caso, su amor por la lectura.
La joven maestra tiene un destino: a selva. ¿Quién no ha estado frente a un reto, decisión o cambio en la vida? Este personaje, que no tiene nombre propio, no es María o Juana, sino la joven maestra, es único pero también múltiple. Es una maestra y al mismo tiempo es todas. La selva empieza a invadir las páginas desde el principio, como otro personaje que siempre está presente. El camino se va transformando de gris a verde. La inmensidad del Amazonas hace su aparición. Vemos a la maestra, llegar a un lugar inhóspito y se ve pequeñita, en medio de tanta grandeza. Es un libro que habla. Un detalle en la imagen lleva a otra historia, un hilo aparece y cuenta. La serpiente es metáfora en esta historia que guarda un reflexión sobre la relación entre los seres humanos y sus ecosistemas. Las leyendas, pero sobre todo el tejido creado en comunidad, sobrevive y se fortalece.
“La joven maestra y la gran serpiente” tiene algunos tintes autobiograficos. La joven maestra es una persona que lleva los libros hasta el fin del mundo. Como Irene. Una escritora y promotora de lectura que ha recorrido el país con su biblioespalda.
“Yo no soy maestra de profesión, este libro es un homenaje a las maestras reales, a las de carne y hueso que a lo largo y ancho de Colombia me han contado en los talleres sobre sus experiencias que son maravillosas. Historias en las que las maestras son nombradas en cualquier lugar del país y, sin dudarlo, agarran su maleta, los libros y se van a descubrir el mundo con valentía, coraje y con gran desconocimiento de lo que les espera. Después de haber oído tanto estas anécdotas quise devolverles sus historias”, cuenta Irene.
En sus encuentros, como promotora de lectura, con los pueblos indígenas, Irene ha descubierto el poder del libro:n elemento que une comunidades, cuenta y genera historias. Estos encuentros le han dejado un fuerte peso: la extinción. No solo de la selva, sino de estos pueblos y sus lenguas.
Como ella dice, “venimos de estas palabras de origen, se proviene de la oralidad y es importante dejar de darle la espalda”.
“Los niños deben tener una estructura narrativa muy clara, muy sólida. Con principio, nudo y desenlace. Eso viene de la oralidad. Los niños comienzan oyendo cuentos o escuchando leyendas que tienen esta estructura. Solo después de leer así pueden navegar por historias más complejas. Las leyendas son la base de todo y no solo para explicar el origen del mundo, o la cosmogonía de una comunidad, sino el inicio de toda nuestra aproximación a la lectura”.
La joven maestra y la gran serpiente” es una experiencia con la lectura que reflexiona sobre este mismo acto de leer, contar historias y de la importancia del libro no como objeto sino como tejido. Un tejido entre la palabra escrita, la oralidad y la ilustración.
La joven maestra y la gran serpiente
Irene Vasco, ilustraciones de Juan Palomino
Editorial Juventud, 2019